La Policía demoró anoche a un chofer de colectivo por conducir bajo los efectos de drogas, situación descubierta tras la denuncia de los propios pasajeros.
La historia que se inició poco antes de las 22:00, tuvo su desenlace cerca de la medianoche, en la Terminal de Omnibus.
Se trata de Javier Alberto Argüello, de 35 años de edad, quien trasladaba a un grupo de egresados desde Sierra de la Ventana hacia Bahía Blanca en un micro de la empresa JetMar y conducía bajo los efectos de la Marihuana.
En el regreso del viaje de egresados, el cual llevaron adelante en Sierra de la Ventana, los estudiantes notaron que con el pasar de los kilómetros la velocidad del micro en el que iban aumentaba, y que la chicharra que delata el límite permitido, no paraba de sonar.
Por más que los pasajeros bajaron varias veces a pedirles que respeten esa norma, el chófer volvía a reincidir en su temerario comportamiento al volante.
Los sacudones en el colectivo hicieron que varios de los menores se descompusieran, al punto tal de pedirles parar en el medio de la ruta, para que estos bajen y tomen aire.
Cuatro adultos iban dentro del micro, acompañando a más de 40 chicos, pero ni sus pedidos lograron que la situación mejore. Los mensajes, de hijos hacia padres, hicieron que estos últimos alertaran al 911 de la situación.
Al arribar a la ciudad, un móvil policial tomó conocimiento, demoró al micro y lo escoltó desde las primeras cuadras de la avenida Alem hasta la terminal.
Al llegar Control de Tránsito le realizó los controles correspondientes, los cuales arrojaron positivo en marihuana y negativo en alcoholemia.
Según explicaron las fuentes, los padres de los jóvenes realizarán la denuncia correspondiente en Fiscalía.
A Argüello se le labró una infracción a la ley 13.927 y se le retuvo la licencia de conducir.
El Relato de un Padre: «Mi hija tuvo una crisis de nervios, yo pensé que me moría»
Ángel Vargas, padre de una de las chicas que anoche viajaba en el colectivo , dijo que lo primero que quería «buscar» era a su hija, la que tuvo una «crisis de nervios» y que quería «el cuello del colectivero».
El hombre le relató a LU2 que se enteró de los problemas durante el viaje gracias a los mensajes que su hija le mandaba a su hermana y que él podía leer.
En el relato del viaje de Sierra de la Ventana a Bahía sobresalen varias oportunidades que se excedía el límite de velocidad, que en los colectivos suele indicarse con una chicharra, conducción temeraria, profesores reclamando que vayan más despacio y varios alumnos descompuestos.
«En un momento hasta tuvieron que parar porque una de las chicas se había desvanecido, estaba muy mal», relató Vargas.
Varios padres, continúa el relato, se pusieron en contacto y fueron a la Terminal, pero se enteraron que el colectivo de la empresa JetMar estaba en Alem y Hernández bajo supervisión policial.
«Una vez que vi que mi hija estaba bien, quería el cuello del colectivero. Varios profesores intentaron tranquilizarnos», agregó.
«Todos los chicos -tienen entre 18 y 19 años y son alumnos de la Escuela Media N°14- se bajaron en silencio y llorando, abrazándose a sus padres. Uno de los choferes bajó y dio la cara. El otro se acercó al vidrio del micro del lado de adentro y se sonreía», relató Depetris, en LA BRÚJULA 24 FM 93.1.
Sobre lo que fue la odisea del trayecto desde la Comarca hasta el destino final, señaló: «Mi sobrina me contó que se acercaron varias veces a pedirle que baje la velocidad. Ella venía durmiendo pero cuando se despertó vio que el colectivo circulaba por el medio de la ruta. Incluso tomó una curva a toda velocidad, razón por la cual todo el equipaje terminó sobre el piso del vehículo».
(La Brújula/La Nueva/Diario de Rivera)