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El INTA vuelve a estar en la escena del debate por un fuerte ajuste en el presupuesto del año próximo.
A pesar que el organismo recibió reconocimiento público sobre su rol en el desarrollo agropecuario del país y su contribución al conocimiento científico, diferentes fuentes advirtieron que lo presupuestado para 2019 “plantea un recorte muy importante”, y transmitieron su preocupación sobre cómo funcionará el Instituto ante esta situación.
Si bien el presupuesto 2019 creció en términos porcentuales un 14,4%, el mismo no contempla la inflación. El INTA contará con fondos por $7516 millones, pero si se le suma una inflación oficial estimada en un 42 %, el monto representa cerca de un 30% de ajuste en términos reales en forma interanual y que se plasmaría en un recorte que llegaría al 50% para equipamiento estratégico y otro 20% para insumos, servicios básicos, conservación de los recursos genéticos y manejo de los residuos peligrosos. Una situación que pondría en riesgo la continuidad de las actividades estratégicas para el sector agropecuario.
Ante este panorama, desde el organismo fueron contundentes al señalar que “se necesitarían, al menos, unos $400 millones más de lo previsto”. El presidente del INTA confirmó que ya elevó el reclamo a las autoridades de la Secretaría de Gobierno de Agroindustria y se aguarda que durante el debate del presupuesto en el Congreso, se contemple este pedido.
Todo este recorte sucede a pesar de que el organismo redujo sus gastos en los períodos previos con ahorros de más de 100 millones de pesos y haber realizado un achicamiento en casi un 10 % de la planta y del 25 % en su estructura gerencial.
“No vamos a dejar ninguna línea de investigación. No pensamos cerrar ningún laboratorio, aunque hay que ser eficientes y estamos contando las monedas que tenemos, porque no nos sobra nada. Tenemos los fondos para hacer frente a los sueldos y las becas”, reconoció Juan Balbín, quien agregó: “Estamos en un proceso de regularización de nuestra carrera profesional y nos hemos planteado como objetivo llegar a una planta de personal de 7.000 trabajadores”.
Posibles alcances del recorte presupuestario
De acuerdo a los datos que han aportado diferentes fuentes del organismo, el costo del ajuste impulsaría el cierre de un Nivel de Seguridad 4, según los estándares de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), considerado entre los más importantes en América Latina y del mundo. Su importancia radica en que, allí se puede trabajar con microorganismos, particularmente virus, que son peligrosos y exóticos. Además, investigan virus zoonóticos -que afectan al humano-, el virus de la Fiebre Aftosa, de la Peste Porcina Clásica, la Rabia y Priones (encefalopatías espongiformes transmisibles), entre otros.
Desde el Centro Investigación en Ciencias Veterinarias y Agronómicas (CICVYA) de Castelar aseguran que “el trabajo en laboratorio no admite reducir o discontinuar el uso de energía, trasladarlo a otro edificio o recortar servicios que preservan la atmósfera controlada, ya que cualquiera de esas acciones afectaría en forma directa el desarrollo de una investigación”. El INTA Castelar este año funciona con un presupuesto muy reducido, producto del ajuste, agravado por el aumento de las tarifas de los servicios básicos. En agosto, sólo las facturas de la luz tuvieron un incremento del 61 %. “Con los aumentos tarifarios y la inflación es imposible seguir funcionando”, aseguraron desde el Centro de Investigación.
Tener restricciones presupuestarias para pagar un servicio básico como la electricidad pone en riesgo también la continuidad del Banco de Germoplasma, una reserva de más de 30.000 entradas de material genético de diferentes especies vegetales desde Jujuy hasta Tierra del Fuego e incluso en la Antártida.
También se perdería la posibilidad de poner en funcionamiento el edificio específico para IncuINTA, con una inversión en curso de 75 millones de pesos. En esta plataforma técnico-organizativa se desarrollaron proyectos tecnológicos como Vedevax Bloc, la primera vacuna contra la diarrea viral bovina y el kit para detectar la Anemia Infecciosa Equina (AIE), una enfermedad viral que ocasiona importantes pérdidas económicas.
Además, el ajuste impactaría en las acreditaciones de los laboratorios y las certificaciones de los sistemas de gestión, lo que asegura y da confiabilidad a los resultados de los análisis y calibraciones. Un elemento clave que acompaña a las producciones para exportación tales como lanas, cítricos, olivos, uvas, vinos y mostos, entre otros. (Infobae/Diario de Rivera)
Guillermo Vitale
Primero fueron por la grasa militante. Pero no me preocupé ya que no militaba.
Después fueron por Fanazul. Pero no me preocupé por que no trabajo allí.
Después fueron por las empresas recuperadas. Pero no me preocupé ya que no formo parte de ninguna de esas empresas
Después fueron por los jubilados de ANSSES y el Pami. Pero no me preocupé porque soy jubilado del IPS
Después fueron por los jueces y fiscales “no dependientes”. Pero no me preocupé porque no estoy en la justicia.
Después fueron por los dirigentes y empresarios opositores. Pero no me preocupé porque no soy dirigente ni empresario
Después fueron por las pensiones por discapacidad. Pero no me preocupé ya que no soy discapacitado.
Ahora están yendo por los organismos tecnológicos (INTA, CONICET, Universidades) no me preocupé porque no trabajo en ellos.
¡Oia! ¡los que quedamos somos muy pocos! ¿¿¿No tendré que empezar a preocuparme???