A través de la resolución 246-MAGP18 publicada en el Boletín Oficial de la provincia de Buenos Aires el 17 de diciembre, el ministerio de Agroindustria bonaerense, que preside Leonardo Sarquís, aseguró que desde el 1 de enero de 2019 estará habilitada la fumigación de lotes linderos a poblaciones y escuelas rurales.
En una época en donde los países más desarrollados están eliminando el uso de estos peligrosos químicos, la medida del ministro de Agroindustria atrasa una década. Además, Sarquís le aseguró a las empresas la legalidad para fumigar agrotóxicos junto a cursos de agua, reservas naturales y áreas de esparcimiento. De ahora en más, todos estos espacios pasarán a denominarse “zonas de amortiguamiento” para los peligrosos venenos.
Durante una entrevista con el programa de radio La Red Rural, el ministro de Asuntos Agrarios bonaerense, Leonardo Sarquís, se ufanó de la novedad: «Es la primera vez que la Provincia escribe una reglamentación para controlar la aplicación de fitosanitarios». Sarquís, hablaba de la Resolución N° 246-MAGP-18, publicada en el Boletín Oficial el pasado lunes 17 de diciembre, por la cual se habilita la aplicación de fitosanitarios (léase fumigación con agrotóxicos) «en los lotes contiguos al área urbana, zona residencial extraurbana, área de población dispersa, márgenes de cursos o cuerpos de agua, zonas de bombeo, establecimientos educativos, áreas de esparcimiento y reservas naturales que comprenderán la zona de amortiguamiento».
Cabe destacar que Sarquís fue, antes de asumir como ministro, ejecutivo en la empresa de agrotóxicos Monsanto, que recientemente fue enjuiciada por el tribunal de La Haya y hallada culpable de los delitos de ecocidio, crímenes de guerra, violaciones a los derechos a un medioambiente sano, a la salud y a la alimentación y de quebrantar la libertad científica.
Cancerígenas
El laboratorio de Biogeoquímica y Química Ambiental de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), junto con el defensor del Pueblo bonaerense, realizaron un relevamiento sobre la utilización de agroquímicos en la Provincia. Para eso se obtuvieron muestras de suelos y aire colectados a lo largo del territorio. El estudio confirmó que los plaguicidas aplicados en el campo llegan a las ciudades vecinas, especialmente en verano, cuando las fumigaciones son más frecuentes.
La relación entre los pesticidas usados en el campo y la proliferación de casos de cáncer fue documentada en el informe «Valoración de la exposición a plaguicidas en cultivos extensivos de la Argentina y su potencial impacto sobre la salud», financiado por el Ministerio de Salud en el año 2014.
El mismo estudio probó que el comercio de productos fitosanitarios –plaguicidas y fertilizantes– aumentó un 48,7% entre 2002 y 2008. Ese año, se comercializó un total de 225 millones de litros de estos químicos, de los cuales cerca de un 75% fueron herbicidas.
Las empresas comercializadoras de este tipo de productos (Monsanto, Syngenta, Dow AgroSciences, Bayer y Atanos) alegan que el glifosato no es perjudicial para la salud humana basándose en una supuesta «abrumadora evidencia científica», Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó ese principio activo dentro de las sustancias calificadas como «probablemente cancerígenas».
En julio de este año, científicos del Conicet y del Centro de Investigaciones del Medioambiente (CIMA) de la UNLP detectaron la presencia de glifosato y atrazina, los dos plaguicidas que dominan el mercado argentino, en el 80% de las muestras de agua de lluvia.
Los efectos de los agrotóxicos y del uso del glifosfato en la población han generado una constante polémica, con más de un 4 mil demandas en todo el mundo, presentando pruebas científicas sobre todo tipo de consecuencias a la salud humana, desde enfermedades en la piel a deformidades y cáncer. Actualmente, la empresa enfrenta juicios en Estados Unidos, Argentina, Sri Lanka, Francia, El Salvador y Brasil, entre otros países.