
En medio de protestas, con el comercio y el transporte limitado, largas filas en supermercados y gasolineras y las clases suspendidas en la mayoría de los colegios, el presidente chileno Sebastián Piñera anunció una serie de medidas con el fin de «reconstruir» la economía de su país y «recuperar el tiempo perdido» tras cinco días de violentas manifestaciones.
«Esta agenda social no va a solucionar todos los problemas que aquejan a las familias, pero es un esfuerzo grande», dijo por televisión para después reconocer su responsabilidad: “Reconozco esta falta de visión y le pido perdón a mis compatriotas”, aseguró.
En su discurso, Piñera remarcó su preocupación por el orden público y el regreso a la “normalidad”, pero, aunque dice hacer “escuchado a la gente”, descartó levantar el Estado de Emergencia y la presencia militar en las calles. Además, felicitó a las fuerzas de seguridad y a los bomberos -«son ellos los que han sufrido la peor parte»- por haber enfrentado a los «malvados».