
La pandemia del Coronavirus ha dejado datos duros en todo el país, en Adolfo Alsina todavía se está sintiendo el efecto del primer cimbronazo.
Después de haber pasado el Distrito 217 días sin casos tras la llegada de la pandemia a Argentina, en Rivera se presentó el primero de ellos el pasado mes de octubre. De allí en adelante la cifra comenzó a registrar un continúo ascenso que aún sigue siendo alarmante. Un total de 88 alsinenses han contraído la enfermedad y hasta este viernes 41 casos permanecen activos, además se recuperaron 44 personas y fallecieron 3.
Afortunadamente, el número de pacientes recuperados sigue creciendo y cada vez se demuestra que es posible superar esa adversidad. Y en Rivera, el primer recuperado del virus en el Distrito se animó a hablar y a contar su experiencia para prevenir de los duros momentos que se pueden pasar, y para quienes lo sufren sea un testimonio de que hay luz de esperanza.
Juan Pablo Mercadín se animó a contar su caso, a través de una nota en el programa Realidades que conduce Luis Slobodianick. «Uno nunca cree que te puede pasar a vos, no habíamos viajado a ningún lado más que al campo» dice Juan.
–En algún momento muchos especulaban que habías ido a Salliqueló
«No, yo en ese momento ya hacía más de 5 meses que no iba a Salliqueló, aunque tengo relaciones comerciales y familiares con ese lugar. Tampoco fui a Bahía Blanca como se dijo. La última vez que había salido con la familia fue para hacer algunos trámites en Carhué y hace más de 4 meses» explica y agrega «Lo diario mío era el trabajo en Rivera y luego al campo de mis suegros los fines de semana en Colonia Lapin».
Juan cuenta como finalmente fue que se contagió «mi suegro y cuñado tenían que hacer la operación de una compra de algo para el campo y la empresa vendedora, que es de la localidad de 9 de Julio, envió a una persona para ello a Colonia Lapin. Al llegar se hizo una reunión informal donde se manipularon papeles, se charló sobre un negocio» dijo y aclaró «no se tomó mate, todos estuvimos con barbijos y duró alrededor de hora y media en la cocina de la casa del campo». Mercadín especuló que el contagio pudo haber llegado en el contacto con la papelería que manejaron, «en común manipulamos papeles, planos y folletos de lo que vendía», contó. «El sábado posterior presento los primeros síntomas por la noche, fiebre, cansancio corporal, en ese momento pensé me había insolado porque habíamos estado trabajando en el campo al sol y esa tarde fue una de las primeras de más de 30°. Al otro día me levante bien y seguimos con las actividades en el campo, por la noche volví a recaer sobre todo con cansancio. Ya el Lunes en Rivera me pasó lo mismo y por la noche me comunico con el médico para contarles los síntomas, el martes la atienden a mi suegra con síntomas similares, le hacen un hisopado que da negativo. El jueves seguía con síntomas y luego de una serie de preguntas del médico decidimos hacer un hisopado la misma noche que dio positivo en el test rápido».
«Fue una sorpresa, teníamos la duda por donde había venido, cuando con el personal de salud comenzamos a recorrer el camino con quienes habíamos estado nosotros, no podíamos dar con el nexo, tanto yo como mi mujer habíamos tenido contacto con mucha gente, para esto a mi suegra y a mi cuñado los habían testeado con la modalidad rápida y dieron negativo por lo que mandaron los hisopados al Hospital Penna, mientras tanto nuestros contactos fueron aislados, brindamos todos los datos a salud y se pudo llegar al nexo, para esto mi suegra y mi cuñado daban resultado positivo en los estudios enviados al laboratorio».
Luego del día del contacto con quien finalmente produjo el contagio a esta familia de Rivera, ellos habían festejado el cumpleaños de uno de sus hijos, cuestión que lo llevó a reflexionar, «fue suerte porque fue justo el día posterior, habíamos invitado a los amiguitos por tandas, normal de lo permitido en la fase en la cual estábamos viviendo, pero uno comete el error de tomar y compartir el mate, que sabemos no se puede, se comió y se charló, pero se ve que el mecanismo de la enfermedad o la carga viral, no se pero en ese momento se ve no contagiábamos, incluso por la noche vinieron los amigos más cercanos y estuvimos reunidos cenando».
«Fue una mezcla de sensaciones, porque pensábamos que habíamos contagiado a gente, pero evidentemente algo hicimos bien o no se que, porque finalmente nadie se contagió y quedó solo en el núcleo familiar», cuenta Juan Pablo.
Unos días después, ese fin de semana, se celebró el día de la madre «ese domingo fuimos al campo y festejamos el día de la madre, donde había dos amigos de la familia de mis suegros que lamentablemente terminaron contagiados, esa tarde estábamos la familia y estas dos personas amigas», dice.
Si bien le tocó transitar la enfermedad levemente hace un repaso como repercutió en el físico, «presente síntomas un sábado y recién al otro sábado levante fiebre de 37 o 38°, según los médicos la enfermedad me provocó una infección en el pulmón derecho. Con ganas de estar en reposo, con cansancio, pero ya al tercer días de tomar los medicamentos la fiebre comenzó a bajar y a irse los síntomas», dice y añade «lo que más me controlaban los médicos era la fiebre y que no tenga saturación de oxigeno. Es que uno se siente como agitado y eso te tira a estar en la cama. Me hizo bien el ibuprofeno aspirado», agrega.
Mercadín resalta la labor de los profesionales de la salud que los atendieron «el tratamiento que tuvimos por parte de la gente del hospital fue espectacular, el recurso humano del personal que nos atendió es para destacar, porque con poco hicieron muchísimo».
Las Redes Sociales y la Sociedad
Tras conocerse los primeros casos de Covid en Rivera las Redes Sociales estallaron con mensajes de empatía de algunos usuarios y de blasfemia y resquemor y hasta odio en otros tantos «yo leía las redes y mi señora no tanto» cuenta Juan y agrega «a ella le afectó un poco más que a mi, leí algunos comentarios pero no me di lugar a seguir el juego, ya teníamos un problema con la enfermedad. Los que querían hablar estaban en todo su derecho, todos somos libres, después se verá la relación que tendré con cada uno de ellos….yo lo tomé así. En ese momento estaba con el problema de la infección, pensando en si hubo contagios, con la cabeza en los nenes en que no les pase nada, lo mismo mi señora y mis suegros, un montón de cosas juntas» reflexionó y agregó «Ya está, lo tenía que tomar como que nos tocó a nosotros….si quiero recalcar que nos llamó un montón de gente apoyándonos, vecinos con gestos hermosos, como los Echeverría que le mandaban helados a los chicos y yo eso quiero agradecerlo porque esas cosas hacen realmente bien».
La vuelta a la normalidad
«Un viernes nos dieron el alta, al otro día nos fuimos al campo a llevar a mi suegra y el lunes la gente ya nos empezó a ver, algunos nos miraban, no se si se sorprendían o no…y mucha gente preguntándonos como estábamos, como la habíamos pasado, que le contemos la experiencia» dice y cierra «de mi parte y ojalá a nadie le toque, pero tengan seguro que si es así, voy a estar para ayudar».
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