En Rolón residen unos 800 pobladores, cuyo único acceso a la salud es el hospital «Diego Morón», que permanece abierto «las 24 horas del día, los 365 días del año». Como en tantas localidades pequeñas, no hay consultorios privados, ni clínica o sanatorio, y todas las consultas, análisis, tratamientos y curaciones se atienden en este centro.
El establecimiento está dirigido por Ruth Villagra, una médica generalista proveniente de Mendoza, quien encontró aquí un lugar ideal para desarrollar su vocación. Porque, aunque la mayoría prefiere desestimarlo, la medicina es un servicio, no un negocio. «Rolón tiene gran porcentaje de adultos mayores, población que genera muchas consultas por patologías crónicas y necesita un acompañamiento particular. Y también hay enfermos agudos y afecciones que perdieron visibilidad pero no desaparecieron», cuenta.
El hospital cuenta con buenas instalaciones y recursos: tres salas para internación, una Enfermería con seis enfermeros, psicóloga, odontóloga, kinesiólogo, bioquímica, nutricionista y ecografista que atienden una o dos veces por semana. El personal se completa con dos choferes de ambulancia y personal para administración, farmacia, mantenimiento, limpieza y cocina.
Un rol fundamental lo cumplen los enfermeros, quienes conforman «un grupo de trabajo excelente, que además de la atención habitual desarrolla una intensa tarea preventiva», comenta Romina Anelcher (36), jefa de Enfermería. Nacida en la zona rural de General Campos, cuando era niña su familia se trasladó a Rolón, donde terminó sus estudios secundarios. Cursó Enfermería en el IVT de Santa Rosa y en la Universidad Maimónides se graduó como licenciada.
Atención Primaria
«La pandemia fue una experiencia importante. Entre otros cambios, decidimos separar el vacunatorio del resto de los servicios, mediante un acceso independiente». De todos modos, los enfermeros de Rolón desarrollan campañas de vacunación destinadas a adultos mayores (antigripal y neumonía) «mediante un sistema de visitas casa por casa, para evitar que los pacientes se trasladen. Y la comunidad responde muy bien: les avisamos que vamos a pasar y nos esperan», contó.
Los consultorios externos atienden de 8,30 a 12,30 y de 17 a 21, y durante el resto del día funciona una guardia médica permanente, incluso los fines de semana. «Al reducir la atención personalizada, la pandemia también nos movilizó a trabajar más en Atención Primaria de la Salud (APS)». En ese contexto, organizan «charlas y talleres en los clubes, el patio del hospital, en la plaza, en el parque municipal, el CDI y las escuelas».
El mes pasado trabajaron en «la prevención del cáncer de mama junto con la biblioteca popular» y para el 14 de noviembre tienen programada una charla «sobre la diabetes». Y así, en Rolón, como en tantos pueblos de La Pampa, el único que garantiza el acceso a una salud de calidad resulta un centro público. (La Arena/DDR)