Tras el dato de la inflación de enero de 6%, el costo de vida de febrero se consolida en un piso cercano a ese guarismo, según las estimaciones de consultoras privadas en base a los datos relevados en la primera quincena de este mes.
De acuerdo con los cálculos privados, el índice de Precios al Consumidor rondará entre 5,5% y 7%. De esta manera, la tasa de inflación interanual superará los tres dígitos, algo que el Gobierno logró evitar que sucediera durante el 2022.
Para la consultora Eco Go, la inflación interanual en enero será 101,7%, para el estudio de Orlando Ferreres estará en 102,5% anual, mientras que en EconViews y la Fundación Libertad y Progreso también prevén que esté arriba de 100%.
Así, Sebastián Menescaldi, director de Eco Go, resaltó que «es la primera vez desde octubre de 1991 (102,4%) que la inflación interanual superará la barrera del 100% anual.
A contramano del plan del ministro de Economía Sergio Massa, que aspiraba con la renovación del plan Precios Justos que en abril la cifra de inflación empezara con un 3 por delante, los economistas vislumbran que el costo de vida no perforará el piso del 5% en los próximos meses, en un contexto de escasez de divisas y exceso de pesos.
Inflación febrero: se consolida el rebote de los precios
En ACM estimaron que la inflación rondaría 5,5%, en EconViews calcularon entre 5,6% y 5,8%, en C&T Asesores económicos 6%. En Eco Go la recalcularon por la fuerte suba de alimentos en las dos primeras semanas del mes y prevén 6,1%. En tanto, en el Centro de Estudios Económicos Orlando Ferreres prevén que será de 6,6%, mientras que en Facimex Valores pronostican que llegará a 7%.
Eco Go dijo que la aceleración de la inflación en febrero «se debe, en términos generales, a un nuevo salto en el precio de la carne, el cual traccionó los precios de los alimentos, y se suma a incremento del 4,3% en el precio de los medicamentos».
«Los productos regulados impulsan el indicador en general del mes al alza, destacándose los aumentos en prepagas de 8,2% para el segmento de mayores ingresos y de 4,9% para los de menores ingresos, telefonía móvil y servicios de cable (9,8%), tarifas de electricidad (16,1%), servicio doméstico (6,5%) y aumento de 3,8% en los combustibles a mitad de mes».
Por su parte, Ecolatina indicó que el IPC que releva en GBA trepó en la primera quincena de febrero al 6,1%, «dando cuenta que el rebote inflacionario de enero se estaría consolidando». Y subrayó el crecimiento de la inflación núcleo (+7,3%).
A su vez, Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, precisó que «el IPC LyP mostró un avance de 5,8% mensual durante la primera quincena del mes», y remarcó que «una cuestión relevante es que febrero está apuntando a una aceleración en la inflación núcleo».
¿Qué pasa con los precios de los alimentos?
Pese a la renovación del programa Precios Justos, el precio de los alimentos en febrero otra vez se ubicará por arriba del nivel general de inflación.
Marí señaló que «Alimentos y Bebidas no alcohólicas apunta a cerrar levemente por encima del 6%, empujado por incrementos en el precio de la carne por encima del 20%», señaló.
A su vez, Maria Castiglioni, directora de C&T, resaltó que en la primera quincena «viene acelerándose la inflación de alimentos, sobre todo por el precio de la carne, pero también suben frutas, lácteos y comidas listas para llevar».
Así, la economista proyectó que ese rubro registraría en el mes un alza cercana a 7,5%. En Eco Go también proyectaron un incremento mensual de ese sector de 7,3%.
Asimismo, Camila Antequera, de la consultora Ferreres, sostuvo que «considerando las dos primeras semanas de febrero, el rubro Alimentos acumula un incremento de 6,7% mensual, mientras que en las dos primeras semanas de enero había acumulado un 4,1% mensual», y atribuyó la aceleración a las subas en carnes y frutas».
El sondeo de la primera quincena de Ecolatina arrojó que el rubro Alimentos y bebidas trepó 9,2% y estuvo traccionado principalmente por el salto en los precios de la carne vacuna (+22,2%), tras el incremento del 40% en los precios de la hacienda en pie desde la segunda quincena de enero. De esta forma, la carne vacuna explicó casi 1,3 puntos porcentuales del incremento del nivel general. Resaltó también el aumento de Frutas (+15,8%) y Productos lácteos y huevos (+7,0%).
«Los productos asociados al consumo masivo lograron trepar por debajo del promedio, dando cuenta de cierto impacto del programa Precios Justos, que congela cerca de 2.000 productos y pauta en 3,2% el aumento mensual de otros casi 50.000 hasta junio inclusive», puntualizó.
Inflación: ¿cómo puede afectar la escasez de dólares?
Para los economistas, la escasez de divisas por la menor liquidación del agro y el impacto de la sequía, que perjudica a las reservas del Banco Central, también es una complicación en el plan oficial de querer bajar la inflación.
En este contexto, Menescaldi planteó que » Precios Justos tuvo éxito entre noviembre y diciembre, pero se empezó a deshilachar porque no hay dólares. El compromiso que tenían con las empresas (de que puedan acceden al mercado cambiario oficial) ya no es tan así»
«Al no haber dólares, la fuerza del acuerdo se diluye y eso implica que empresarios se cubren y aumentan más los precios, se está empezando a ver eso. Lo que tiene Precios Justos es que está muy focalizado en supermercados pero deja de lado lo tradicional. Entonces, las empresas lo mantienen pero abastecen menos por los canales oficiales de supermercados y empiezan a abastecer por los otros canales, de autoservicios, mayoristas a otros precios», explicó. Y aseguró que «hay un problema de oferta que complica todo y no va a permitir bajar la inflación de manera consistente».
A su vez, Antequera aseveró que «la aceleración inflacionaria de enero no es un dato puntual, sino que es una tendencia que va a repetirse en los próximos meses apoyada en fundamentos macroeconómicos», y uno de ellos «es el cambiario, porque la escasez de divisas dificulta la posibilidad de bajar la inflación ya que complica el anclaje del tipo de cambio».
Por su parte, Isaías Marini, economista de EconViews alegó que «será difícil sostener la promesa de acceso a las divisas porque la sequía implica una oferta mucho más baja, y sin ello el programa se cae».
En Ecolatina coincidieron con esa mirada: «La perspectiva de una persistencia en la escasez de divisas dificultará el cumplimiento de la parte que le toca al Gobierno en Precios Justos: garantizar un mayor acceso al mercado de cambios, por lo cual la estrategia oficial presentará riesgos en los meses que siguen».
De igual diagnóstico, Mari remarcó que «el Gobierno sostiene artificialmente el tipo de cambio oficial con un cepo cada vez más duro, pero con la demanda de dinero sin recuperarse y, además, con un shock productivo negativo como fue la sequía. La única forma de sostener el esquema será restringiendo aún más el acceso a divisas al tipo de cambio oficial».
Inflación: ¿qué se prevé para los próximos meses?
Menescaldi anticipa que habrá «un ritmo mensual de 5% o 6% todo el año si no surge ninguna disrupción financiera, porque si no, corrés el riesgo de que esos números sean mayores». Aunque acotó que, dado que es un año electoral, «hay que ver qué pasa con la política, porque quizás dicen todos los aumentos regulados previstos no los damos, pero eso es barrer la suba de precios bajo la alfombra y en algún momento va a aparecer».
En Ecolatina advirtieron que «hacia adelante, distintos factores seguirán presionando sobre una inercia inflacionaria difícil de desarmar en el corto plazo».
«Entre ellos, el impacto de la sequía sobre el precio de algunos alimentos; el traslado al consumidor del ajuste en los precios de la hacienda vacuna; la dinámica de los ajustes salariales en un año de elecciones; los incrementos pendientes en las tarifas de servicios públicos; un crawling peg cambiario más alineado con la inflación; las restricciones sobre las importaciones y tensiones sobre la brecha y las expectativas de devaluación en medio de la transición electoral», enumeraron.
Asimismo, Marini argumentó que «más allá de algunas políticas de carácter más ortodoxo, como la reducción del déficit, no existe un plan de estabilización integral para bajar la inflación ni lo va a haber durante este gobierno. Entonces, la inercia es muy difícil de bajar sin un cambio en las expectativas».
Para Marí, «el problema de fondo es que este año el sector público apunta a cerrar con un déficit fiscal consolidado en el orden de 8% del PBI. Gran parte se financiará de manera directa o indirecta con emisión monetaria. Bajo este paraguas, es difícil esperar una baja en la inflación». (Iprofesional)