El nuevo billete de 2.000 pesos transita su recta final antes de su puesta en circulación. El Banco Central empezará a enviar en las próximas horas los primeros billetes nuevos para que las redes de cajeros automáticos realicen las tareas de adaptación para que sus máquinas puedan procesar el nuevo billete. El comienzo de su distribución a los bancos podría anticiparse a los últimos días de mayo.
A principios de febrero el Banco Central había anunciado el lanzamiento del nuevo billete de $2.000 que entrará en circulación en los próximos meses.
La hoja de ruta del contrato establecido entre el Banco Central y Casa de la Moneda preveía, originalmente, que en junio este último ente envíe la primera tanda de nuevos billetes de 2.000 pesos. Pero ese plazo podría acelerarse. En este caso se trata de billetes fabricados íntegramente en el país. De todas formas, el proceso se aceleró y las operadoras de redes de cajeros automáticos que trabajan en todo el sistema bancario recibirán a lo largo de la semana los primeros ejemplares.
En este caso, la primera tanda de billetes servirá a los bancos para realizar pruebas en los cajeros automáticos, cuyos sistemas deberán ser adaptados a la llegada de un billete de denominación distinta, por cuestiones de seguridad. La puesta en circulación del billete de $2.000 representará un cambio en la carga logística que afrontan empresas que se manejan con altos volúmenes de efectivo, como supermercados y los propios bancos, detalla Infobae.
El comienzo de las pruebas en los cajeros implicaría, según estimaron fuentes oficiales, que el calendario podría anticiparse, y que de esa manera los primeros billetes de $2000 estén circulando en la calle para las transacciones diarias en la última semana de mayo, unos días antes de lo previsto en la perspectiva original que se plantearon el Banco Central y la Casa de la Moneda.
El nuevo billete llevará como imagen de homenaje a Cecilia Grierson, considerada la primera médica argentina y con el ex ministro de Salud y referente del sanitarismo argentino Ramón Carrillo y en el otro lado, una imagen de la fachada del Instituto Malbrán.
Se trata de un diseño que ya existía con anterioridad, por lo que el Gobierno decidió utilizarlo para acortar los tiempos para la salida a circulación.