El fin de la especulación financiera
Eduardo Pérez, director comercial de Biotrop en Argentina y un referente de enorme trayectoria en el sector de los insumos aseguró en diálogo con Ámbito que «para el sector agropecuario fue un año muy difícil”. Lo que pasó fue que la dinámica a la que los gobiernos anteriores habían obligado y acostumbrado al productor agropecuario, se terminó.
Según afirmó Perez, “se acabó el tema financiero, se acabó el especular con la inflación, se acabaron un montón de cosas y eso es muy bueno, pero desde el punto de vista económico el campo esta llegando a un límite. El Gobierno lo ve claramente y creo que esta trabajando para encontrar una solución. Hay problemas, pero tengo una visión muy optimista hacia adelante. Si esto lo hablábamos hace dos años te decía que no sabía dónde íbamos a terminar, pero hoy creemos que sabemos dónde va a terminar y va a terminar bien”.
Salir de lo financiero obliga a los productores a ser muy eficientes en lo productivo y agronómico. “Ahora la cabeza del productor, como ya no tiene la herramienta financiera, esta puesta en producir más: el que antes producía 3.000 kilos de soja, va a tener que producir 3.500 para vivir, el que producía, 4.000 kilos de trigo, va a tener que producir 5.000 y eso es lo que va a pasar. El gobierno tendrá que avanzar en la reducción de las retenciones para que haya mas rentabilidad y además tiene que aparecer el crédito bancario, que es fundamental, porque hasta ahora en gran medida todo esto se financiaba desde el productor o desde las propias empresas”.
Otro sector donde el crédito es protagonista es el de la maquinaria agrícola. Para profundizar en este rubro, Ámbito consultó a Eduardo Borri, presidente de Metalfor y extitular de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA), quien aseguró que “el 2024 superó sus expectativas. Si bien comenzó con incertidumbre por el nuevo escenario político y económico, llegaron las lluvias, se cortó la sequía más extensa en décadas y empezaron a activarse significativamente las ventas. En el primer trimestre con un fuerte financiamiento propio y a partir del segundo trimestre con la oferta crediticia de los bancos. Así, las ventas cierran un 50 % por encima de las del 2023.
Tal como mencionamos, fue un año de contrastes. Según Borri, este año se consolidó, al igual que en el año anterior, una marcada diferencia entre las empresas líderes y el resto: cuando las primeras sostenían sus ventas y como nosotros mostraban gran recuperación, las segundas seguían sufriendo las consecuencias de un mercado signado por la sequía y falta de crédito. Probablemente, el hecho de tener el tamaño necesario como compañía y la robustez de poder financiar a los clientes marcó una diferencia sustancial. Para el año próximo, entendemos que las condiciones climáticas serán óptimas, que los préstamos bancarios a largo plazo con tasas razonables seguirán y esperamos que el último empujón lo de el gobierno con alguna señal favorable al sector.
La esperanza es lo último que se pierde
Los reclamos al Gobierno por una baja de retenciones llegan desde todos los sectores: gremiales, empresariales y por supuesto desde los propios productores. Es que muchos cierran el año con una fuerte encrucijada, ya que deben definir inversiones que se sustentan a partir de la rentabilidad. Esa falta de rentabilidad es la que hasta ahora provocó que la Argentina siga estancada en cuanto a productividad (superada ampliamente por el resto de los países de la región) pero ahora podría condenar a los productores que sobrevivieron a un largo período de sequías y ejercicios económicos ajustados.
Esto podría mejorar si el Gobierno logra avanzar en la reducción de los derechos de exportación. Por ahora, el campo sigue confiando, según lo indica el último informe titulado Ag Barometer, elaborado por el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral. Del estudio surge que un 60% de los productores piensa que, a un año de su asunción, cumplió con las expectativas depositadas en su gestión. Pero el contraste sigue latente: el 36 % opina que no las cubrió y reclama, especialmente, que no bajaron los derechos de exportación. (Ambito)