Ante la escalada de precios minoristas que generó la devaluación del 18% que aplicó el Banco Central (BCRA) al dólar oficial y la disparada del dólar blue, el gobierno nacional decidió suspender las exportaciones de carne vacuna en un intento por frenar los aumentos en el mercado interno. La medida tendrá un alcance inicial de 15 días.
Las remarcaciones, por estas horas, se advierten tanto en ese como en otros rubros como una de las habituales salidas del mercado de proveedores que tratan de adelantarse a otros aumentos en la cadena de valor. Otros eligen medidas más drásticas, como guardar stock hasta que el panorama logre cierta calma.
Esta tarde, a su vez, se conocerá el índice de inflación de julio que publica el Indec. El dato, que referirá a los momentos previos a la derrota del gobierno en las primarias, mostrará un entorno de precios calientes pero todavía libres del impacto electoral y de la devaluación de este lunes.
La mayoría de los analistas considera que el dato va a quedar viejo en comparación con los ajustes que se dieron en los comercios en las últimas horas y que podrían llevar el IPC de agosto a dos dígitos.
La suspensión de las exportaciones es una resolución muy impopular entre los productores agropecuarios, frigoríficos y toda la cadena cárnica. Con la idea de evitar que compitan los precios internacionales con los del mercado interno, se cerró la venta al exterior.
Fuentes oficiales admitieron que habían detectado un aumento importante en los precios al consumidor y que el objetivo es contener los valores en los mostradores.
“La medida se tomó a la espera de un acuerdo de precios con el consorcio de frigoríficos”, detallaron desde cerca de Guillermo Michel, titular de la Aduana y hombre de confianza de Sergio Massa, que tomó un rol protagónico en las negociaciones de precios.
“Sin acuerdo, no habrá permisos de exportación. Van a tener que asegurar mercado interno con precio”, agregaron. (La Nueva)