El Banco Central (BCRA) sorprendió al mercado con una fuerte baja de las tasas de política monetaria, llevando el costo de endeudamiento al 80% anual nominal para «impulsar el consumo y fomentar la inversión económica», al mismo tiempo que se suprime la tasa mínima en los plazos fijos, con el objetivo de favorecer una «mayor competencia en el ámbito bancario y proporcionar a los consumidores condiciones más favorables para sus ahorros e inversiones».
