«No hubiera podido hacer la carrera sin la ayuda de quienes me acompañaron desde donde bajaba del colectivo para ir a las aulas; los profesores que me explicaban lo que escribían en el pizarrón; las bibliotecarias, que me pasaban el material accesible; quienes en la sala de lectura me ofrecían ayuda; de la tutora Mercedes Pipo, que estuvo a mi lado siempre», dice, emocionada, Pía Ricchieri, días después de rendir el último final de Derecho, en el campus.
Pía tiene 27 años, nació en Trenque Lauquen y desde el viernes está feliz. Empezó su celebración en Palihue; al salir de rendir la esperaban un grupo de personas tan o más contentas que ella. Luego, dejó de lado el bastón blanco y bailó sin parar en la sala de lectura y se tomó fotos en la escalera del complejo de Alem.
«Soy muy afortunada de haber estudiado en la UNS, conocí personas increíbles, hice un montón de amigos. Todos me ayudaron porque yo no podía manejarme sola. El apoyo de mis compañeros fue muy importante, en cada cosa, y obvio mi familia, que me dio su respaldo incondicional», contó, llorando.
«Para los parciales, llevaba la notebook, usaba el lector de pantalla; Bienestar me dio una compu; el personal del Comedor me guiaba hasta la mesa, los de Sanidad siempre me respondieron con empatía, qué decir que gracias», resaltó.
Ya pasaron 72 horas desde el último aprobado y sigue entusiasmada. Piensa en lograr un trabajo en nuestra ciudad y quizá realizar un posgrado.
Es la primera mujer ciega en lograrlo; hay un graduado con discapacidad visual en Derecho, otro en Historia y otro en Ciencias Biológicas.
En unos meses, recibiriá su diploma en las ceremonias tradicionales de entrega de título.
El viernes, se congregaron compañeros y familiares para festejar el día de Pía.