La empresa Cerro Negro solicitó ante el Ministerio de Trabajo la activación del Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC), generando una creciente preocupación en el sector ceramista por la posibilidad de suspensiones masivas y despidos con indemnizaciones reducidas.
Según confirmó el secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados Ceramistas de Olavarría (SOECO), Gustavo Bustamante, el trámite ya se encuentra en curso y podría afectar a más de 500 trabajadores. “Del Ministerio podemos esperar cualquier cosa”, señaló con inquietud.
Suspensiones escalonadas y recortes
En su presentación, Cerro Negro propuso un esquema de suspensiones escalonadas: en la planta de Olavarría, una línea de producción se detendría el 16 de junio, otra el 23, y la fabricación de ladrillos quedaría paralizada entre agosto y septiembre. Además, las operaciones en Córdoba y Campana también serían interrumpidas.
La empresa ofreció abonar el 70% del salario neto durante el período de suspensión, aunque el contexto salarial ya es complejo: la paritaria 2024-2025 todavía no se cerró y el sector sólo recibió un 19% de aumento frente a una inflación interanual que ronda el 48%. “Estamos perdiendo por más de 30 puntos”, advirtió Bustamante.
El fantasma de los despidos
El sindicalista alertó que el PPC contempla una segunda etapa aún más preocupante: la posibilidad de despedir trabajadores pagando solo el 50% de la indemnización, conforme al artículo 247 de la Ley de Contrato de Trabajo. “La empresa ya prevé que la situación no va a mejorar y se está preparando para eso”, sostuvo.
Actualmente, toda la industria ceramista atraviesa una crisis: varias fábricas aplican suspensiones y despidos. Solo Cerámica San Lorenzo, ubicada en Azul, mantiene algo de actividad, aunque también afronta una baja en las ventas. “El panorama es crítico”, resumió el dirigente de SOECO.
Antecedentes conflictivos
Este nuevo capítulo de tensión llega apenas semanas después de una fuerte disputa sindical en Cerro Negro, que incluyó huelgas, bloqueos y cortes de ruta tras el despido de 96 empleados sin activación previa del PPC.
En ese conflicto, tras la conciliación obligatoria, 37 trabajadores fueron reincorporados, 33 aceptaron retiros voluntarios y 26 fueron desvinculados definitivamente. Como parte del acuerdo, se mantuvo una línea de producción inactiva, en lo que ya se perfilaba como un proceso de reestructuración.
Ahora, con la presentación formal del PPC, se reavivan los temores por una ola de despidos encubiertos, en un sector donde las ventas siguen cayendo y el modelo de producción parece no cerrar.
(Diario de Rivera)