
El gobierno bonaerense anunció una inversión superior a los 1.200 millones de pesos para restaurar y poner en valor tres de las joyas arquitectónicas más importantes de la obra de Francisco Salamone en la región.
Se trata del palacio municipal, el edificio del matadero y la fuente ornamental de la plaza principal de Guaminí.
La licitación fue publicada por la dirección provincial de Arquitectura con un presupuesto oficial de 1.224.372.334 pesos y un plazo de obra de 365 días corridos. Las ofertas se conocerán el 10 de noviembre próximo.
El palacio municipal de Guaminí, el matadero y la fuente de la plaza fueron construidos en 1937 por la empresa Sumbre y Cía, según el diseño del ingeniero y arquitecto Francisco Salamone.

La sede municipal está ubicada en un predio de dos manzanas que conforman la plaza Alsina de la ciudad, donde también se encuentra la fuente, bancos, luminarias, maceteros y pérgolas inspirados en la obra salamoniana.
El matadero, en tanto, se encuentra en el acceso a Guaminí, sobre calle Dr. Arturo Illia, y está desocupado.
Se trata de edificios declarados como Bien de Interés Histórico Artístico Nacional, por lo que se encuentran protegidos por leyes nacionales y provinciales.
No obstante, la sede municipal presenta un estado de conservación general regular, mientras que el del matadero es malo.

“La problemática prominente en el palacio municipal es el alto grado de deterioro provocado por humedad ascendente y descendente, que afecta a los muros en sus paramentos exteriores e interiores, en cielos rasos de planta alta, parapetos y toda la superficie de la envolvente en ambas caras”, describió el área de Arquitectura en su informe previo a la licitación.
“En el exterior, se encuentra con un alto grado de afectación el revestimiento y en sectores también el sustrato, al punto de desprendimientos en las líneas de cornisas que rodean el edificio como remate superior”, se añadió.
También están en estado regular cortinas de enrollar, aberturas de madera, barandas y carpinterías metálicas, y sobre la fachada se observa acumulación de polvo ambiental y hollín, así como la acción invasiva de palomas.
De la misma forma, se observan “manchas y chorreaduras generalizadas en todas las fachadas”, la erosión de muros, fisuras, grietas, desprendimientos interiores y exteriores, oxidaciones y deficiencias en instalaciones eléctricas, entre otras falencias.

“El objetivo de los trabajos a realizar es recuperar las condiciones técnicas y estéticas originales de las fachadas y espacios interiores y exteriores del edificio a intervenir”, se determinó.
Un detalle importante es que la restauración se hará utilizando el revestimiento original de cada sector, según lo determinó Salamone en 1937.
“En todos los casos los morteros respetarán fielmente la composición, granulometría, textura y color de los morteros originales. Para ello deberán efectuarse análisis de laboratorio correspondientes”, se aclaró.
Finalmente se aplicará sobre las superficies intervenidas “un tratamiento de hidrofugación a base de pintura hidrorrepelente”.

También se aclaró que se efectuará la restauración, reparación y reposición de los elementos ornamentales originales, como molduras, cornisas, cajones y demás, y las aberturas serán acondicionadas y pintadas como estaban hace casi 90 años.
En el interior del edificio se procederá a la restauración y ejecución de los cielorrasos de yeso y moldura, así como el pintado de muros, y se refuncionalizará y automatizará el reloj de la torre.
Otro aspecto relevante es que “se construirá un nuevo local subterráneo en hormigón armado para la ubicación de instalaciones, bombas y tanques de agua”.
El matadero
El matadero de Guaminí diseñado por Salamone mezclaba el concepto de planta central con sala de faena circular y organización simétrica (como el de Balcarce) con el de aquellos que privilegiaban la iluminación y ventilación, con planteos más extendidos y menos compactos (como el de Coronel Pringles).
De una escala intermedia, el de Guaminí presentaba “una estricta organización para el tratamiento del ganado vacuno, lanar y porcino, con mangas de traslado y un equipamiento en cadena para la sala de faena, corazón funcional y formal del sistema”.

“Un pórtico de hormigón que varía en su aspecto formal respecto de los anteriores de arco único –este con dos pequeños arcos y portón central-, y el cartel de Matadero Municipal, marcan el ingreso”, revela el informe de Arquitectura provincial.
“En cuanto al lenguaje adoptado, se puede señalar una evocación del expresionismo alemán y del futurismo italiano, materializados en la torre tanque atravesada por una sucesión de platos y las ménsulas de la base de la torre. Esta torre esbelta alcanza los 30 metros de altura y es la más alta de todos los mataderos”, se añadió.

“En el interior, el sistema de rieles transportadores presenta una síntesis funcional destacable. El de Guaminí es de los mataderos que mejor y en mayor cantidad conserva su equipamiento fijo original”, se completó.
El estado de conservación es malo, con evidentes signos de abandono que han contribuido a su deterioro general.
“Hay gran cantidad de suciedad generalizada en todo el edificio, cuerpo principal y torre, con manchas y chorreaduras generalizadas en todas las fachadas. Sobre las paredes se observan líquenes, hongos y musgo, así como la acción invasiva de aves y vegetación”, se indicó.

La erosión en muros, vanos, dinteles y cornisas es enorme, y se advierten fisuras, grietas y desprendimientos tanto en interior como exterior, así como humedad ascendente.
También hay hierros oxidados expuestos, correspondientes a columnas y vigas, instalaciones en pésimo estado y aberturas y escaleras deterioradas, aunque se conserva gran parte del equipamiento original de rieles de transporte de reses, mesadas, piletas, guías y otros elementos.
En este marco, el objetivo de los trabajos a realizar es “recuperar las condiciones técnicas y estéticas originales de las fachadas, espacios interiores y exteriores del edificio”.
Como en el caso del palacio municipal, se hará la restauración, consolidación y reintegración del revestimiento original, respetando “fielmente la composición, granulometría, textura y color de los morteros originales”.

“Con iguales técnicas, se restaurará y pondrá en valor el cartel del edificio –se aclaró- y todas las carpinterías y piezas de herrería serán debidamente limpiadas, reacondicionadas, ajustadas y pintadas de acuerdo al tipo y pintura original de las mismas”.
“También se rehabilitarán los herrajes de movimiento, accionamiento y retención existentes y se repondrán los herrajes inexistentes para el buen funcionamiento de las aberturas”, se remarcó.
“El mobiliario industrial original del interior del edificio, la escalera de acceso a la torre, los rieles y gancheras originales, serán limpiados, restaurados y pintados”, se completó.
Un aspecto clave es que la restauración se hará con el objetivo expreso de “entregar la obra en perfecto estado para su inmediato uso” como frigorífico.
La fuente
Finalmente, se pondrá en valor y restaurará la fuente de la plaza central, que diseñó Salamone pero que no ejecutó la misma empresa que hizo el matadero y el palacio municipal, sino Hijos de Luis Constantini.

Se trata de un típico elemento ornamental salamoniano: está ubicado en el centro de una plaza y como complemento de una obra institucional (el palacio comunal), reforzando su carácter emblemático y la simetría y coordinación con el eje de la torre de estos palacios.
Fuentes como la de Guaminí –que también hay en Coronel Pringles, Pellegrini y Carhué- reconocen su antecedente en la instalada en 1934 en la Plaza Centenario de Villa María, Córdoba.
“La fuente–macetero iluminada de Guaminí fue lugar de encuentro y escenario para fotografiarse durante décadas, según lo testimonian los registros gráficos de distintas épocas. El objetivo es recuperar este elemento y su entorno a su estado original”, establece el proyecto.
“Hoy el estado de conservación es regular –añade-. Las distintas intervenciones a lo largo del tiempo han contribuido a su deterioro general”.
Las tareas consistirán en eliminar manchas y chorreaduras generalizadas, así como reparar daños por humedad y erosión superficial, fisuras, grietas, pérdida de juntas y desprendimientos.
También serán recuperados los maceteros, que fueron cegados con carpeta de mortero; se removerá la pintura que no permite apreciar el terminado original simil piedra; y se instalará un nuevo sistema de circulación de agua y de iluminación.
Con el fin de devolver a la plaza su imagen original, se retirarán los 16 mástiles que la rodean, y se restaurarán y repondrán elementos ornamentales de la fuente y su base.
(La Nueva)

















