Otro objetivo cumplido, otra meta alcanzada. Escalón por escalón. River, la Libertadores, ahora terminar primero en la Zona A del Clausura para asegurarse localía en los playoffs. Como antes fue encontrar el equipo, las formas y las maneras, como decía Miguel, para que los resultados aparecieran. El Boca que antes era de Russo y ahora es del Sifón, crece desde el pie. …
Pero no le resultó fácil, acaso esa sea la característica de esta etapa. Porque a Boca le sobró actitud para plantarse en campo rival, pero le costó encontrar los caminos para desequilibrar a un Tigre bien parado. La idea de Úbeda de poner a Ander en el medio y adelantar a Changuito no funcionó del todo, y no por culpa del español. El problema es la repetición de características similares en Herrera, en Delgado, en Paredes, que a Boca le dio sobre abundancia de jugadores de buen pie y control, pero un déficit evidente a la hora del cambio de ritmo y del desequilibrio en el uno contra uno. Así, los ataques terminaban siempre en pelotazos frontales o en pases muy anunciados, salvo cuando Ander se cerraba para darle espacios a Barinaga, algo que Boca no siempre explotó.
El Sifón Ubeda (Foto: Cristina Sille).Tigre hizo su juego. Achicó espacios bien cerca de su arquero y supo aprovechar los huecos que le dejaba el adelantamiento de local, con buenos movimientos de los volantes para aprovechar a los dos tanques de arriba. Así fabricó una llegada clara, una pelota suelta que encontró López que Marchesín sacó con un manotazo de manera espectacular.
El resto del desarrollo fue todo, o casi, de Boca, pero sin generar peligro. El partido pedía un Zenón, un Brian Aguirre que, por características, le dieran al equipo eso que tanto le faltaba, aunque al final de cuentas ni falta hizo…
A Boca no le servía de mucho tener un 80% de posesión del balón. Úbeda, sin embargo, mantuvo su plan original, inclusive con un Boca todavía más dominante, todavía más insistente, tuvo algunas aproximaciones al arco de Tigre, que cada vez se defendía más cerca de su arquero. Como en una jugada de Zeballos (el único capaz de cambiar el ritmo anodino del ataque xeneize) que encontró a Paredes pero su remate esquinado lo sacó Zenobio. Aún con sus problemas, Boca hizo mucho más para ganar, aunque Barinaga enmendó un error de Costa para impedir el no festejo de Nacho Russo.
Y encontró el gol en una pelota quieta, que nació otra vez en los pies de Paredes, aunque esta vez el acierto mayor es del anticipo de Ayrton, que le ganó a dos rivales y la peinó para clavarla en el segundo palo de Zenobio.
El abrazo de Costa con Paredes (Foto: Cristina Sille).Después del 1-0, el Sifón volvió al módulo anterior, con Cavani acompañando a Merentiel y el Changuito un poco más atrás para juntarse con Palacios y romper líneas.
El gol fue demasiado para Tigre, que necesitaba ganar para entrar entre los ocho y ahora está obligado a hacer cuentas y a rezar para que no gane Belgrano…
Boca, mientras tanto, está en otra. Nunca parece sobrarle demasiado, pero siempre se las ingenia para encontrar el triunfo de alguna manera. Y esto, lejos de ser un problema, es un síntoma de que las cosas andan bien. Tan bien, que hasta Cavani se sumó a la fiesta.
(Ole)
