
El joven acusado de provocar el brutal accidente en la Ruta Nacional 22, a la altura de Allen, en el que murieron cuatro integrantes de una familia de Catriel, fue formalmente imputado y deberá cumplir prisión preventiva mientras avanza la investigación. La Justicia determinó que manejaba bajo una combinación de alcohol, drogas, uso del celular y exceso extremo de velocidad, un cuadro que la fiscalía definió como de “temeridad absoluta”.
El Ministerio Público Fiscal de Río Negro identificó al imputado como Axel “Chinito” Araneda, quien circulaba en su Volkswagen Amarok a una velocidad mínima de 170 km/h cuando embistió desde atrás a una Ford EcoSport detenida en la banquina izquierda. Dentro del vehículo viajaban Liliana Cocuzza, su hija Carina Gutiérrez y los dos niños de esta última. Los cuatro fallecieron en el acto.
La violencia del impacto fue tal que la EcoSport fue arrastrada más de 37 metros y se incendió por completo. El único sobreviviente fue Justo Pastor Gutiérrez, esposo de Cocuzza, que se encontraba fuera del vehículo acomodando el equipaje. Sufrió heridas graves y continúa internado en el Hospital de Allen.
Las pericias confirmaron que las víctimas murieron instantáneamente, tanto por la magnitud del choque como por inhalación de hollín en el incendio posterior, especialmente en el caso de los dos niños.

La acusación sostiene que Araneda conducía de manera “imprudente y antirreglamentaria”. Un testigo afirmó que la camioneta lo sobrepasó a gran velocidad mientras él circulaba a 120 km/h y relató que el imputado realizaba “múltiples maniobras peligrosas” contra otros vehículos.
Además del material recogido en la escena, la fiscalía sumó al expediente el acta del Cuerpo de Seguridad Vial, pericias accidentológicas, exámenes toxicológicos, videos de cámaras de seguridad de un bar de Allen, elementos secuestrados en la camioneta y allanamientos en su domicilio, además de información patrimonial que acredita su solvencia económica.
La defensa intentó responsabilizar al conductor de la EcoSport, pero la fiscalía rechazó la estrategia: “La única conducta penalmente relevante es la del imputado”, sostuvo.
El test de alcoholemia practicado tres horas después del siniestro arrojó 0,46 gramos de alcohol en sangre, aunque los especialistas establecieron que al momento del impacto la cifra habría sido bastante mayor. También se detectó presencia de estupefacientes.
Otro punto que pesó en la resolución judicial fue el antecedente penal del acusado. Araneda cumplía libertad condicional por una condena federal por narcotráfico dictada en 2019. Había recibido una excarcelación supervisada mientras la causa llegaba a la Corte Suprema, que este año confirmó la sentencia. Pese a las restricciones, se encontraba circulando sin control la madrugada del hecho.
Tras evaluar la evidencia, la jueza de garantías ordenó su prisión preventiva por homicidio culposo cuádruplemente agravado por exceso de velocidad, consumo de drogas, presencia de alcohol y la cantidad de víctimas fatales. Consideró que la gravedad del hecho y el riesgo procesal justifican la medida.
La causa avanza ahora en su fase de recolección de pruebas complementarias, antes de que la fiscalía defina la elevación a juicio.
Las horas previas al choque expusieron un panorama aún más inquietante. Araneda pasó varias horas en el boliche KPLA de Cipolletti, donde testigos lo vieron consumir alcohol de manera sostenida. Minutos antes del siniestro subió videos a Instagram mostrando la pista de baile, el DJ y una selfie al volante de su Amarok —sin patente colocada—, vistiendo una cadena de oro y un reloj de lujo. Para la fiscalía, ese material fue clave para preservar evidencia.
Tal como señala el portal Infobae, los investigadores ya confirmaron que el joven conducía a 170 km/h cuando impactó la EcoSport.

















