
Desde que tuvieron el sueño de viajar por el país junto a su perro Olivo hasta que finalmente pudieron materializarlo pasaron dos largos años, pero finalmente Juan y Mona lograron armar su casa rodante y salir a las rutas del país.
Juan Sciancia y Andrea “Mona” Vaher estaban cansados de la vida sedentaria en Morón y querían descubrir el país sin presiones ni itinerarios preestablecidos. La idea estaba, pero faltaba concretarla. El empujón final se los dio el encierro provocado por la pandemia, más allá de que muchas veces habían fantaseado con la idea de «trabajar de otra manera» para tener tiempo para viajar.

«Al conocernos pasamos por varias ideas hasta poder plasmar esta”, reveló Mona. Ella, aficionada al running, fue la que propuso equipar un vehículo.
«En un momento dije por qué no armar una casa rodante, recorrer Argentina y hacer running por lugares únicos», confió.
El día anterior a partir seleccionaron su primer lugar a visitar. El único requisito es que estuviera alejado del ruido del Conurbano y fuera tranquilo, en donde pudieran dejar a Olivo libre.
Los primeros destinos fueron Gorostiaga, General Rivas, Rawson y hasta Castilla, un pueblo de apenas 500 habitantes, entre otros. Así, yendo pueblo por pueblo, llegaron a Carhué y Pigüé, en nuestra región.

“El viaje te va sorprendiendo día a día. Conocimos muchísima gente hermosa, aprendimos mucho sobre nuestra cultura, vencimos miedos y prejuicios. Aprendimos a escuchar con humildad. Dormimos muchas horas, disfrutamos del silencio y la tranquilidad de los pueblos», contó Juan.
En Castilla, mencionó, se quedaron 15 días rodeados de la solidaridad de gente que, sin conocerlos, les brindó atención, comida y hasta su hogar.
Para Juan la solidaridad de la gente fue un descubrimiento. “Nos voló la cabeza. No habíamos vivido nunca algo así. Aquí nos ha pasado que nos presten la llave de una vivienda casi sin conocernos”, contó
“Al segundo día de viaje -agregó Mona- conocimos a un chico que era de Chivilcoy, quien nos invitó a su quinta después de charlar en una estación de servicio. En Castilla nos quedamos 15 días porque conocimos a una pareja. Y en Carhué conocimos a Walter, quien nos invitó a Pigüé. Así vamos recorriendo la Argentina”.

“Ahora vamos a ir a Sierra de la Ventana para recorrer ese lugar que nos dijeron que es lindísimo”, añadió Mona.
El viaje ya lleva un mes. Para ambos, terminara hoy se sentirían «felices por todo lo vivido».
«Sin embargo, esperamos seguir así por muchos meses más», cerraron.
¿De qué viven?
Para sustentar el viaje diseñan páginas web, trabajo que hacían antes de salir de viaje y que pueden realizarlo en todo lugar en donde tengan señal de internet.
Además realizan artesanías, como cuadernos caseros, para vender en distintas ferias, y tienen en alquiler su casa en Morón.
Para seguir su viaje armaron una página en las redes sociales que se llama «Viajando por Instinto». Se puede ver en sitios como Facebook, Instagram y la red de videos Youtube. (La Nueva)
