El aire serrano y la tranquilidad de Balcarce motivaron a Don Guillermo Talou a la creatividad y a la experimentación en la repostería. Así fue que en el inicio de la década del 50 este experto inquieto al frente de la confitería “París”, en la calle 18, entre la 17 y la 19, utilizó claras de huevos, sobrantes de otras masas, discos de merengue con crema y bizcochuelo. De esa combinación azarosa surgió el postre que identifica a esa ciudad bonaerense.
En sus orígenes era conocido como el postre “Imperial” y todos los domingos se formaban largas colas para esperar el manjar bien fresco. Con el tiempo, el postre se hizo popular y Talou recibió una oferta para vender la marca y la fórmula a una firma de Mar del Plata.
En 1969, tras estar un tiempo alejado de la repostería, Talou se asoció con un amigo para retomar la receta original. Se trató de Rogelio Adobbati, amigo del creador. Al principio, habían pensado en llamar al postre “Talou”, pero optaron por buscar un nombre que haga honor a la tradición. Y por eso le pusieron al postre y a la confitería que montaron “Comoantes”. Es que al postre no se le cambió ni una coma de la receta original.
La confitería Comoantes, el sabor de la dulzura, abrió sus puertas el 26 de diciembre de 1970, en pleno verano, y al poco tiempo con el boca en boca se fue haciendo conocida. El gran salto llegó cuando los veraneantes comenzaron a tenerla como parada obligada a la vuelta de sus vacaciones.
Paralelamente, la industria alfajorera marplatense que había comprado la marca y la fórmula de esta delicia que se popularizó, tuvo una importante demanda tanto a nivel nacional como en el exterior. Para exportar el producto debieron modificar su composición ya que al ser artesanal y con crema natural no era apto para la venta fuera del país.
Los visitantes que lleguen a Balcarce pueden disfrutar del postre auténtico en las confiterías del Jockey, “Alberghini”, “El Cruce”, “La Pérgola”, “La Higiénica”, “Sabores de la Sierra”, “Como en Casa” y “Comoantes”.
Ingredientes
Crema: 1 litro de crema de leche, 200 grs de castañas en almíbar, esencia de vainilla, 2 discos de merengue, 100 grs de nueces, 150 grs de coco rallado, 300 grs de dulce de leche, 50 grs de cacao amargo, 200 grs de azúcar y 250 grs de ricota.
Masa: 120 grs de harina, 6 huevos, 120 grs de azúcar y esencia de vainilla.
Preparación
Verter y extender la masa con espátula en una placa enmantecada de 50 x 30 cm hasta lograr 1 cm de espesor. Llevar al horno precalentado a 190°C de 10 a 12 minutos. Retirar y dejar enfriar.
Colocar encima un aro de 20 cm de diámetro para cortar los discos de torta. Pintar con dulce de leche y espolvorear con cacao amargo. Repetir el procedimiento hasta obtener tres discos.
Disponer un disco de merengue dentro de un molde de 22 cm de diámetro. Cubrir con una capa de crema de castañas y nueces, hacer lo mismo con el otro disco. Ubicar el disco restante con el cacao hacia abajo y reservar en la heladera durante 4 horas.
Cubrir la torta con la crema semimontada. Espolvorear la superficie con azúcar impalpable y los bordes con coco rallado.
La natilla y el postre balcarceño son producciones típicas de la repostería regional que invitan a descubrir la diversidad de los sabores criollos y bonaerenses, y a agasajar comensales durante el fin de fiesta. (DIB)