En estos momentos, el tradicional y popular barrio de La Boca suma otra estrella a la lista de patrimonios que enorgullecen a los vecinos locales. Ya no sólo es su enarenada costa de aguas revoltosas o sus puentes esqueléticos. Tampoco, por caso, ser la sede que alberga a la latente «Bombonera». O sus callejones repletos de tango y arrabal. Vicente Walter, el artista albañil que falleció en 2004 y cosechó más de cuatrocientos frisos en las calles de Argentina, empezó su camino a la eternidad.
A fuerza de lucha, acción y convicción, el colectivo de artistas local, «Vicente Walter Presente», logró que la Legislatura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, apruebe en enero del 2022 la ley número 6.520, publicada en el Boletín Oficial.
El cuerpo del comunicado consta de cuatro artículos y un anexo agregado. En el escrito, más precisamente en su artículo segundo, se encomienda a Ia Unidad Técnica de Coordinación Integral de Catálogos, Registros e inventarios (UTCICRI), a incluir a todas las obras del artista al sistema de documentación integrada, una reglamentación que salvaguarda, proteje, restaura y promociona los trabajos artísticos que se encuadran dentro de esta ley de patrimonio cultural.
«Nosotros no recibimos subsidios, ni dinero de otro lado, nos movimos a través de rifas solidarias que gracias a la sensibilidad de las personas se han vendido y la gente colaboró»
En continuidad con la regulación para la preservación de los grabados, el artículo tercero delega y obliga a la Comisión para la Preservación del patrimonio Histórico Cultural de Ia Ciudad la inclusión de los frisos al programa Registro de Murales de Buenos Aires. Esto significa que, mediante acciones de rescate, investigación, documentación, conservación, rehabilitación, acrecentamiento, las obras de Walter, expuestas al sol, a la lluvia y a vientos que erosionan el yeso y el cemento, materiales que usaba Vicente para realizar sus obras, su puesta en valor está garantizada.
En efecto, la vasta obra de Vicente Walter será custodiada por la nueva ley pero, aun más, seguirá bajo la guardia de los vecinos de La Boca que, orgullosos y organizados, celaron y protegieron sus trabajos pese a los calmos tiempos que la Legislatura de la CABA se permitió tardar.
En este sentido, la «artivista» -así se autodefine- del colectivo Vicente Walter Presente, Maggi Persíncola contó a Télam que «después de pasar por varias instancias, recibimos con mucha emoción la noticia de que la comisión de cultura aprobó el proyecto», y destacó que la buena noticia llegó en un año «muy intenso, de mucho trabajo y activismo».
De modo que, el grupo de artistas autoconvocados, que empezó a gestarse allá por el 2020 en la Plaza de los Suspiros (Magallanes al 800) a metros de Caminito, en el mes de septiembre, luego de enterarse que la histórica cantina «La Barca de Bachicha» iba a ser demolida y junto a ella el mural de Walter que estaba dentro, militó todo este tiempo para mantener vigente el reclamo en CABA.
«Hicimos -como ella las llama- reflexioacciones en el barrio de La Boca. Desde performance, charlas y hasta hemos supervisado las obras con nuestras propias manos», destaca orgullosa Persíncola.
«Hicimos reflexioacciones en el barrio de La Boca. Desde performance, charlas y hasta hemos supervisado las obras con nuestras propias manos»
Nobleza obliga, la vocera del colectivo cuenta que todo el trabajo de mantención que ellos hicieron estuvo bajo supervición de expertos restauradores que se sumaron para dar su aval y explicarles cómo tenía que ser el relevamiento.
«Nos indicaron cómo se tomaban las medidas, cómo se registraban los documentos y las fotografías de los murales, gracias a su colaboración relevamos 60 murales en el barrio», indicó, aunque «sabemos que en Argentina son más de 400 murales».
Quizás lo más loable de todo el movimiento es la autonomía de la que se jacta el colectivo. Claro está, que si la mano del Estado es «invisible», bondades como ésta tienden a desaparecer. Pero no ocurrió, Persíncola enaltece esta cualidad y dice: «nosotros no recibimos subsidios, ni dinero de otro lado, nos movimos a través de rifas solidarias que gracias a la sensibilidad de las personas se han vendido y la gente colaboró».
Nada quedó librado al azar, debido al dinero recaudado, los códigos QR que acompañan a las obras que están en las calles, en los que, al apoyar el celular se puede obtener información sobre lo que se está viendo, están recubiertos de un plástico especial que soporta lluvia y viento.
Finalmente, y sin saber que sería el último gesto que harían para solventar los gastos -ahora depende de la Legislatura de CABA- habían organizado una muestra fotográfica que documentaba sus acciones en imágenes en el barrio el Portuario, en diciembre del 2021.
Sólidos y convincentes
Con fecha para el 20 de abril del 2021, más de 30 vecinos de diferentes barrios se organizaron y esgrimieron en una audiencia pública -frente a una cámara, consecuencia de la pandemia- todos los argumentos por los cuales consideraban que la Legislatura debería ocuparse de aprobar la Ley. (Telam)