En medio de desacuerdos y debates acalorados sobre varios temas, surge un acuerdo unánime: la urgente necesidad de mejorar la alfabetización en el país. Impulsado por el secretario de Educación, Carlos Torrendell, y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, el Plan Federal de Alfabetización logró en un par de encuentros la firma de las 24 jurisdicciones.
Todos coinciden en que no se puede permitir que los estudiantes sigan egresando sin habilidades básicas como la comprensión lectora y la capacidad de realizar operaciones matemáticas sencillas.
El Gobierno ahora promete destinar US$1000 millones a programas de alfabetización, la mitad de los cuales surgirán de un crédito del Banco Mundial. Aunque se permitirá que cada provincia elija su propio método de enseñanza, ya sea estructurado o constructivista, Torrendell apuesta por la implementación del Sinide. Este sistema de monitoreo en línea proporcionará datos en tiempo real sobre el progreso escolar de los alumnos y docentes, permitiendo ajustes inmediatos y asegurando que el aprendizaje ocurra durante el ciclo escolar y no al final.
Torrendell promete imprimir 9 millones de libros de literatura infantil cada año, que llegaran a manos de alumnos de escuelas públicas pero también privadas, con subvención. En ciertos casos, los padres recibirán vouchers para elegir personalmente los textos en las librerías, fomentando así el hábito de la lectura en el hogar.
“La alfabetización tiene que producirse en primer grado. Eso es categórico”, dice Torrendell, que desde el año que viene sumará a las pruebas Aprender, dos evaluaciones internacionales para primero y segundo grados. Las mejores, asegura, debería poder comprobarse en 2026.
“El desafío es recuperar los aprendizajes fundamentales. El gran drama del sistema educativo actual es que se logró elevar la tasa de escolarización, que todos vayan a la escuela, pero lo que tiene que suceder en la escuela, que todos aprendan, no sucede. En diciembre, lo planteamos en el Consejo Federal de Educación, y los ministros provinciales enseguida coincidieron, nadie se negó a identificarlo como un tema fundamental. En realidad, no hubo negociación”, aseguró el funcionario.
Con información de La Nación
