Todos los años se formalizan más de mil denuncias por delitos contra la integridad sexual en el Departamento Judicial Bahía Blanca.
La mayoría de los casos son reales, crudos y aberrantes porque suceden en el ámbito intrafamiliar y dejan secuelas, muchas veces perennes, en las víctimas, que casi siempre son menores.
Sin embargo, en el último tiempo se observa una tendencia que, aunque leve, debe servir como luz de atención: las falsas denuncias o imputaciones erróneas.
Esta situación es de una gravedad incalculable, porque puede llevar a inocentes a pasar décadas privados de la libertad, porque se trata de delitos que en sus conductas más graves prevén penas de 10, 15, 20 o más años de prisión.
Sucedió con otro hecho que impacta, el de un hombre que estuvo 9 meses preso hasta que la víctima se retractó, a pocas horas del juicio.
La denuncia se formuló en Darregueira. Diego Javier Baier, uno de esos personajes conocidos de pueblo pero sin antecedentes delictivos, fue imputado a fines de 2022 por una adolescente.
La joven dijo que la había ultrajado, bajo amenaza de un arma de fuego, en una placita del pueblo.
El apodo del presunto violador llevó a los investigadores hacia Baier. La declaración de la joven en la cámara Gesell y dos pericias psicológicas, que consideraron que supuestemente no mentía, alcanzaron para apresar al sospechoso.
El 15 de febrero de este año quedó detenido y una semana después le bajaron la preventiva, pese a sus gritos de inocencia.
Desde septiembre, Baier esperaba el juicio bajo arresto domiciliario con una tobillera electrónica. El debate estaba previsto para el lunes y martes pasados, pero no prosperó por una situación tan imprevista como asombrosa que se dio apenas unos días antes.
La chica se retractó. Dijo que había mentido, que Baier no la había abusado sino que el ataque sexual había sido de su padre.
El propio fiscal acusador, Marcelo Romero Jardín, pidió de inmediato el cese de la detención y el Tribunal en lo Criminal N° 2 concedió la solicitud.
«¡¡Qué bueno Valentín, gracias hermano, de verdad, muchas gracias…!!», fue la respuesta, mediante un audio de WhatsApp, de Baier a su abogado Valentín Fernández, cuando el pasado martes 19, a las 13, le avisó de su libertad.
Escuchar sus palabras estremece. Y no es para menos. Zafó de una segura condena a muchos años de prisión.
«Decir su verdad»
¿Qué dijo la víctima? Durante una nueva entrevista, frente a la licenciada María Laura Maidana, relató que los hechos imputados a Baier «son falsos» y que, en realidad, quien los cometió «fue su padre».
«Asume la responsabilidad y culpa distorsionada, al tiempo de alivio de poder ‘decir su verdad’ en el momento actual», destacó la perito.
La joven de 15 años descartó condicionamientos externos por temor o represalias y sostuvo «con firmeza» la autoría del ataque sexual en la figura de su progenitor.
Para Maidana, la chica «construyó una historia menos dolorosa» a fin de atenuar el trauma.
«Se refiere a su padre como si se tratara de diferentes padres en la misma persona física, lo cual le provoca significativo malestar», agregó.
La joven, a su vez, calificó la figura paterna como la de un hombre violento, temerario, que porta armas y consume alcohol.
Concluyó la perito que esta declaración fue espontánea, detallada y no lineal.
«La singularidad de su relato, tanto en la especificidad de la vivencia denunciada como de otras circunstancias de la vida cotidiana, incluida su maniobra de retractación, permiten inferir que no hay tendencia a la fabulación y resulta su testimonio creíble», cerró.
Mientras la fiscalía ordenó otra causa, para investigar los nuevos hechos denunciados por la joven, los interrogantes se amontonan.
¿Son rigurosas las pruebas para alcanzar una condena por abuso sexual, delito que, por lo general, no tiene testigos directos?, ¿alcanzan los recursos humanos y técnicos para dar respuesta a semejante cantidad de denuncias (las pericias se demoran meses por falta de agenda)? ¿habrá otros inocentes presos acusados de violación?
Estas preguntas surgen en medio de un contexto de difícil equilibrio para los investigadores, entre aquellos sectores que defienden casi como bien supremo la denuncia de una supuesta víctima de abuso y los que cuestionan prácticamente todo, hasta considerar que existe una «industria» de la falsa denuncia.
El gran desafío, en este marco, es que todos los violadores estén presos y que los inocentes puedan seguir caminando por las calles.
«Pensé en cambiarme de género»
Diego Baier, hoy de 45 años, reconoció que en su vida pensó vivir algo así.
«Gracias a Dios se terminó esta pesadilla. Hoy estoy emocionado, pero me destrozaron a mi y a mi familia», le dijo el lunes a La Nueva., a poco de que el juicio concluyera por falta de acusación.
Explicó que la denuncia fue a fines de 2022 y que recién un año después lo notificaron «de algo» en la comisaría de la Mujer.
«Fui a preguntar y me dijeron que era por una violación… ¿¿Qué??, pregunté. Había una causa que no tenía ni idea, me vine para Bahía y me dijeron que podía quedar detenido. Y yo preguntaba, cómo voy a quedar adentro si ni conozco a quien me está denunciando. Y hasta el día de hoy no la conozco. Cuando me llegó el arresto me volví loco, no entendía nada. Estuve 15 días en la DDI y luego fui a la cárcel de Saavedra», sostuvo.
«¿Por qué me acusó a mi?, todavía no lo sé. Soy una persona que anduve por todos los pueblos y me he hecho querer en todos lados, me conocen como ‘El Negro’. Al principio (la chica) dijo no conocerme, pero después me nombró. También cambió los horarios (del hecho), las fechas…Dijo que la violación había sido en un parquecito cercano a la casa de su padre, donde esa fecha de fin de año siempre hay vecinos», relató.
De hecho supone que las contradicciones que surgieron entre el relato de la joven y el de la madre la llevaron a retractarse.
«Creo que se sentía muy acorralada, tenía hasta su padre y las hermanas a favor mío. Tampoco tenía lesiones y la madre nunca guardó la ropa, que podría haber servido de evidencia. Igualmente, si yo seguía con un abogado del Estado iba en cana, me comía 20 años. No me sentía defendido y mi familia, cuando llamaban, no le daban bola. Desde que agarró la causa Valentín (Fernández) fue un milagro», dijo.
Diego admitió que estuvo al filo de recibir una segura condena de entre 8 y 35 años de prisión, porque la joven había dicho que el abuso fue mediante el uso de arma de fuego.
«Para mi tampoco fue el padre. El padre sabía que yo era inocente y yo creo que tampoco fue él. Cuando algo viene mal de raiz…yo creo que la madre de ella es brava, el mismo pueblo le tiene miedo», aseguró el hombre frente a lo que cree que sigue siendo una falsa denuncia.
Dentro de la tortuosa experiencia, destacó que «gracias a Dios el pueblo no me juzgó y mis padres, hermanos y amigos me apoyaron» y tampoco consideró tan negativa su estadía en la prisión, pese a los mitos que rodean ese tipo de escenarios.
«El 70% de los que están detenidos es por causas de abuso o violencia de género y solo el 10% es culpable. El resto son falsas denuncias. Hay mucha gente desesperada adentro. Y esto no es un problema solo de la Argentina, es mundial. Con un relato, sin pruebas, vas a la cárcel. Si la víctima es mujer, el psicólogo siempre le cree», opinó.
En ese sentido, confesó que «hasta llegué a pensar en cambiarme de género».
«Al ser hombre no tenés derechos en este tipo de causas. No sabés cómo defenderte de algo que es defendible, pero lo hacen indefendible», sentenció.
Diego se dedica a la construcción tradicional y en seco y cuando quedó detenido tenía un trabajo que supuestamente va a reanudar luego de este terrible trance. «Mis viejos tuvieron que vender una camioneta nueva y le tengo que seguir pagando al abogado, pero la libertad no tiene precio», dijo.
«Estoy contento por la gente que confió en mi», remarcó.
El hombre evalúa iniciar una demanda al Estado porque «esto no puede ser gratis» y también se mostró a favor de agravar la pena en el caso de las falsas denuncias.
Proyecto para agravar penas
Sanciones. El proyecto de la senadora Carolina Losada (UCR) prevé penas de uno a 4 años de prisión (hoy es de 2 meses a un año) para quien incurra en falsa denuncia. Con delitos de especial gravedad, la pena podría llegar a 6 años.
«Trofeo o venganza». «Son casos que arruinan las vidas de chicos que quedan en el medio de una pelea entre adultos, como trofeo o venganza. A veces, dejan personas en la cárcel, hombres o mujeres; a veces, sin trabajo. Muchas denunciadas por hombres perdieron el trabajo y el escarnio social es terrible», dijo Losada.
Verdad. «No es en contra de las mujeres, es a favor de las que dicen la verdad, es a favor de la justicia y de las verdaderas víctimas de abuso para que no se deslegitimen sus denuncias y de niños que quizá no son escuchados», agregó.
Ministro. El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona defendió el proyecto. «Estamos buscando que se castigue con severidad a quienes, a través de la mentira, se aprovechan del sistema judicial para dañar a otros y obtener beneficios ilegítimos», remarcó.
Proporción. Dijo Cúneo Libarona que la pena para estos delitos debe ser proporcional al grave daño que causan, tanto a las víctimas directas como a las instituciones.
(Con información de La Nueva)