El 27 de enero de 1945 fue liberado el campo de concentración y exterminio de Auschwitz a manos de las tropas soviéticas. Este evento puso fin a casi cinco años de funcionamiento de un campo donde los nazis asesinaron a un total de 1,1 millones de personas, la mayoría de ellas judías. Auschwitz se convirtió en símbolo de las atrocidades causadas por la Alemania nazi durante el Holocausto y los restos de lo que fue, sirven hoy en día para combatir el olvido de uno de los mayores crímenes de la humanidad.
El final del campo de exterminio de Auschwitz, localizado en la actual Polonia, pero puesto en funcionamiento por la Alemania nazi durante casi cinco años, llegó un gélido 27 de enero de 1945.
Hace 80 años las tropas soviéticas, lideradas por Iosef Stalin estaban en plena contraofensiva contra el ejército nazi de Adolf Hitler y se toparon con lo que posteriormente se convirtió en el mayor símbolo de los horrores del Holocausto y el exterminio contra el pueblo judío que vivía en Europa.
En esos años de dominio alemán se construyó todo un operativo de exterminio que hizo que 1,1 millones de personas fueran asesinadas en las cámaras de gas y posteriormente cremadas, la mayoría de ellas judías. Apenas unos pocos miles consiguieron sobrevivir a aquel horror, y los que lo hicieron recibieron la liberación soviética en un estado de salud infrahumano.
Algunos de los pocos sobrevivientes a esa cruenta matanza de personas y privación de todo tipo de libertades y de dignidad humana, participan este lunes de diferentes ceremonias para recordar uno de los capítulos más oscuros de la historia.
Por su parte, el presidente de Polonia, Andrzej Duda, depositó flores en Auschwitz junto a los supervivientes, algunos de ellos vistiendo rayas azules y blancas, como símbolo de los uniformes que debieron usar en los campos de exterminio.
Mientras tanto, Scholz expresó su solidaridad con las víctimas: «Hijos, madres, padres, amigos, vecinos, abuelos: más de un millón de individuos con sueños y esperanzas fueron asesinados en Auschwitz por alemanes», escribió en su cuenta personal de la red social X.

«Lamentamos sus muertes y expresamos nuestro más sentido pésame. Nunca los olvidaremos. Ni hoy ni mañana «, agregó el político alemán.
Los sobrevivientes fueron claves para sentenciar a los máximos responsables
La llegada de los soviéticos ayudó a los aliados a entender la gran magnitud de la barbarie cometida por los nazis contra millones de personas.
Ellos sabían de la existencia de estos campos durante la guerra, pero las imágenes tomadas en Auschwitz marcaron un antes y un después. Las tropas de Stalin quisieron destruir aquel lugar de horrores, pero fueron los mismos prisioneros quienes les suplicaron que no hicieran, convirtiendo a Auschwitz en el lugar de memoria y recuerdo de los asesinados durante el holocausto que es hoy.
El testimonio de estas personas también fue clave para que posteriormente se juzgara a una parte de los responsables de estas atrocidades.
Rudolf Hoss, el primer jefe del campo, fue capturado por los británicos en 1945. Él compareció en los Juicios de Núremberg en 1946 que se celebraron para condenar a la cúpula del poder nazi y su castigo fue la ejecución en la horca en 1947 frente a una de las cámaras de gas que ordenó construir en Auschwitz.
Liebehenschel, segundo jefe del campo, también fue condenado a muerte y ejecutado por un tribunal polaco en 1948 y Baer, el último de los jefes, estuvo desaparecido durante varios años hasta que fue detenido y condenado a cadena perpetua. En prisión decidió suicidarse en 1963.
En lo que respecta al jefe de las SS e ideólogo del sistema de campos de exterminio, Heinrich Himmler, no pudo comparecer en los Juicios de Núremberg porque también decidió suicidarse al ser detenido en mayo de 1945 por los británicos.
En lo que se refiere al resto de mandos solo 750 personas recibieron condenas de las más de 6.500 detenidas al liberar el campo.
Tras las condenas a buena parte de los responsables, Auschwitz se convirtió en un centro de memoria que lucha contra el olvido de todas las atrocidades que se cometieron en esos años y contra las teorías negacionistas infundadas que surgieron después.
Un lugar de recuerdo que pretende sostener las voces de aquellos supervivientes que lograron escapar del horror y que con el paso de las décadas han ido falleciendo.