DNUs, en la mira: FMI y Corte Suprema
Una vez más, Javier Milei probó su capacidad de tensionar con la institucionalidad. Con dos decretos en menos de un mes, nombró a dos jueces de la Corte Suprema de Justicia y habilitó un nuevo ciclo de endeudamiento con el FMI, vulnerando la Ley 27.612 promulgada una vez finalizada la gestión previa de Luis Caputo como ministro de Finanzas. Ambos DNUs empujaron a que dos de los aliados centrales de La Libertad Avanza, el PRO y la UCR, sostengan reuniones de bloque para definir postura.
Desde la conducción del PRO en Diputados, aseguraron que en su último encuentro de parlamentarios no se discutió acerca de la nueva posibilidad de tomar deuda con el Fondo, a pesar de que varios de sus miembros ya se pronunciaron al respecto. Incluso lo hizo el presidente del partido, Mauricio Macri, quien en Expoagro trazó las líneas que repetirán desde la bancada: «Hay que hacer otro buen acuerdo con el Fondo y darle la mayor institucionalidad posible».
La postura de avalar que el Gobierno tome deuda pero que precise de la aprobación de una ley del Congreso es compartido por varios bloques, que sin embargo rechazan que este nuevo ciclo de endeudamiento a ciegas con el FMI se sume a la falta de aprobación del Presupuesto 2025. Analizan que son demasiadas concesiones, pero también apuntan al letargo de la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo, que debía discutir la constitucionalidad de los decretos pero nunca avanzó en su cronograma de reuniones así que, cronológicamente, todavía no empezó a abordar los DNUs de Javier Milei.
En la Bicameral habrá una novedad: Hernán Lombardi le cederá su lugar a Diego Santilli para asumir dentro de la gestión porteña. Su banca en Diputados la ocupará Javier Sánchez Wrba, un dirigente con trayectoria en asesoría parlamentaria.
En el radicalismo, los senadores avanzan las negociaciones con sus pares peronistas para sentar postura acerca de los dos pliegos de los jueces de la Corte Suprema de Justicia. Aún resta dictaminar el de Manuel García-Mansilla, quien sin embargo ya juró como juez supremo. Si el Senado rechaza su nombramiento, iniciará una nueva batalla: hay dos corrientes de interpretación constitucional enfrentadas sobre la validez de su juramento, lo que podría llevar a que la misma Corte defina su futura integración.
