En el marco del fin de semana largo por Semana Santa, el éxodo de argentinos hacia Chile se multiplicó con las compras como principal atractivo, lo que obligó a muchas tiendas del país trasandino a abrir sus puertas este Viernes Santo, a pesar del feriado.
La llegada masiva de turistas argentinos tentados por los precios competitivos en rubros como indumentaria, tecnología y artículos de hogar, provocó una fuerte actividad comercial que benefició especialmente a la región de la Araucanía, donde se registró un incremento del 535% en las ventas.
La decisión de mantener abiertos los comercios generó un fuerte malestar en el sindicato de empleados de comercio chileno, que reclamó el derecho a descansar durante una jornada históricamente no laborable.
Frente a este escenario, la Dirección del Trabajo (DT) de Chile emitió un criterio que protege a los trabajadores que cuenten con el antecedente de no haber trabajado en años anteriores bajo el mismo empleador durante el Viernes Santo. En estos casos, se reconoce un “derecho adquirido” por costumbre, que les permite mantener el descanso sin perder su remuneración.
No obstante, los nuevos contratados quedaron excluidos de este beneficio, lo que generó críticas desde el gremio, que denunció una “mercantilización de la dignidad”, en palabras de los dirigentes sindicales.
Mientras tanto, el aumento del turismo argentino representa un alivio para el comercio local chileno, especialmente en zonas limítrofes, donde el flujo de compradores cruzando la frontera no para de crecer en busca de mejores precios, marcando una tendencia que parece consolidarse más allá de los fines de semana largos.