El dirigente del Frente Patria Grande, Juan Grabois, fue liberado este domingo de madrugada tras pasar alrededor de doce horas detenido por ocupar el Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Históricas Juan Domingo Perón junto a diputados y militantes.
La sede, recientemente disuelta por decisión del Gobierno, se encuentra ubicada en Austria 2601, en el barrio de Recoleta. La ocupación generó un fuerte operativo policial que terminó con la detención de Grabois y varios manifestantes.
“No tengo una imputación específica. Lo que hubo fue una permanencia pacífica para reclamar el derecho a la memoria histórica y frenar el avasallamiento dictatorial del gobierno de Milei, particularmente de Patricia Bullrich, que es una mujer muy perversa”, declaró el dirigente tras su liberación.
Grabois brindó declaraciones contundentes en las que reivindicó su militancia, denunció al gobierno nacional y defendió el legado histórico del peronismo. “Es un orgullo que el gobierno de Milei nos meta presos por defender el legado peronista y la identidad nacional”, aseguró el dirigente social apenas recuperó la libertad.
Grabois vinculó su detención a la protesta por el cierre del Instituto Juan Domingo Perón, medida que calificó como un acto de “odio gorila”. Según explicó, “lo que hicieron fue intentar borrar la historia de una parte del pueblo argentino. Sellaron todo, destruyeron murales y pusieron las estatuas de Evita y Perón en bolsas mortuorias”. Para el referente de Patria Grande, la clausura del Instituto representa una “ofensiva contra la memoria colectiva y una provocación directa al movimiento nacional y popular”.
“El gobierno va a terminar porque hay argentinos y argentinas que tienen el coraje para decirle no a los atropellos”, afirmó con dureza. “Estamos dispuestos a venir una, dos, cinco, quince veces, todas las veces que sea necesario a conocer las instalaciones de la Policía Federal”, ironizó en referencia a su arresto, y apuntó directamente contra la ministra de Seguridad: “Acá nos quiere Patricia Bullrich, pero lo que no nos va a sacar es la bandera”.
Para Grabois, lo ocurrido no es un hecho aislado: “En un país donde asesinaron, torturaron y desaparecieron a una generación, no hay que llorar por una detención. Lo que hay que hacer es organizarse y resistir”.
Su liberación no puso fin a la disputa, sino que, según sus propias palabras, marcó un nuevo comienzo: “Desde luego que estoy muy orgulloso de poder combatir junto a hombres y mujeres con las mismas convicciones que yo a este gobierno”.
Críticas al estado de las comisarías
Durante su salida, Grabois también criticó las condiciones en las que permaneció detenido:
“La forma en la que trabaja el personal de seguridad es inhumana. Oficinas vetustas, sin calefacción, llenas de ratas. Todo es manual, computadoras del año 84. Son algunas cosas que, cuando sea presidente, voy a cambiar para ayudar al personal”.
Toma, operativo y acusaciones
El operativo se desató el sábado alrededor de las 14, cuando unas 50 personas ingresaron al edificio a través del local gastronómico “Un café con Perón”. Según la Policía, los militantes violentaron una puerta, retuvieron a agentes federales, y colgaron banderas desde los balcones con las consignas “Si no podés elegir, no hay democracia” y “Defendamos nuestra historia”.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, celebró el accionar de la Policía Federal y sostuvo que se trató de una “usurpación violenta”. El comisario general Luis Rolle, jefe de la PFA, agregó que hubo “lesiones a cuatro funcionarios” y “daños materiales”, además de señalar que los policías habrían sido retenidos “contra su voluntad”.
Reacciones y apoyo
Durante la noche del sábado, una multitud se congregó en la sede de la Superintendencia de Investigaciones Federales, en Villa Riachuelo, para exigir la liberación del dirigente. Estuvieron presentes los diputados Itai Hagman, Natalia Zaracho, Horacio Pietragalla, el senador Federico Fagioli, y legisladores como Leandro Santoro y Juan Manuel Valdez. También se sumaron los periodistas Alejandro Bercovich y Ángela Lerena.
El Partido Justicialista Nacional exigió la liberación de Grabois y repudió el accionar del Gobierno:
“Fueron detenidos por defender el patrimonio de los peronistas. Fue una detención ilegal, sin orden judicial”.
El cierre del Instituto
El 7 de mayo, el vocero presidencial Manuel Adorni anunció el cierre del Instituto Perón por representar “una carga presupuestaria injustificada”. Según el Ministerio de Capital Humano, el instituto contaba con 20 empleados y demandaba más de 400 millones de pesos anuales, sin realizar investigaciones activas.
El edificio, según el Gobierno, será reconvertido en una biblioteca para personas con discapacidad y el restaurante que funciona allí será adjudicado a un emprendimiento para jóvenes neurodivergentes.
(NA)