El próximo 4 de abril, la comunidad de Rivera vivirá un momento histórico con la apertura del Museo de la Colonización Judía de Rivera y Colonias. Este proyecto, que comenzó a gestarse en 2022 con la creación de una comisión dedicada a su concreción, ya logró completar la primera etapa de su desarrollo. El museo estará ubicado en la planta alta del Shil, un edificio cargado de historia y significado para la comunidad.
Diario de Rivera conversó con parte de la Comisión e integrantes de la Kehilá, Asociación Israelita de Rivera, impulsores de esta iniciativa, entre ellos Claudio y Ezequiel Kosak y Adrián Rubín, junto a la Licenciada Laura Szames, ex coordinadora del Museo Judío de Buenos Aires y actual directora del Museo de la Legislatura Porteña, quienes compartieron sus expectativas, el trabajo realizado y la importancia de este nuevo espacio cultural para la comunidad.
Un proyecto con raíces profundas

«Estamos muy entusiasmados con un proyecto que lleva tiempo gestándose y que involucra a muchas personas. Es un homenaje a la historia de nuestro pueblo y un espacio fundamental para recordar y construir memoria», destacó Ezequiel Kosak. «Tiene que ver con un homenaje fundamental para un pueblo donde la historia siempre ha tenido un valor central. Contar con una institución donde recordar y construir memoria es algo esencial».
Por su parte, Adrián Rubín señaló la necesidad que dio origen a esta iniciativa: «La comunidad judía de Rivera tiene su escuela hebrea, su servicio religioso y realiza diversas actividades, pero no contábamos con un espacio físico donde preservar nuestra historia. Así nació la idea de crear un museo. Además, buscamos poner en valor un edificio casi centenario, dejándolo en condiciones óptimas».
El proyecto contó con la asesoría de la Licenciada Laura Szames, ex coordinadora del Museo Judío de Buenos Aires y actual directora del Museo de la Legislatura Porteña. «Antes de la legislatura yo trabajé en el Museo Judío de Buenos Aires, también en la construcción del guión y desde ese momento empecé a tomar contacto con lo que fue la colonización judía en Argentina. Obviamente me interesa un montón el tema y como antecedente fue mi preparación también en Yad Vashem (institución oficial israelí constituida en memoria de las víctimas del Holocausto), cuando era mucho más joven y entendí el potencial que tenía el museo como espacio educativo. Me resultaba impactante porque atravesaba diversas poblaciones, o sea, la gente llega al museo de diferentes maneras, con edades muy disímiles y tiene un impacto muy fuerte. Entonces personalmente llegué quizás con una experiencia que no sé si fue académica porque mi preparación viene por otro lado, yo soy licenciada en ciencia política, pero mi experiencia laboral fue siempre en museos», explicó.
«Hace dos años se contactaron conmigo por una persona en común con este proyecto. Obviamente me resultaba bastante cercano porque la colonización judía yo la había estudiado, trabajado desde otro lugar, yo había capacitado a los guías en su momento en el museo judío cuando habíamos hecho los equipos de trabajo y era lo que me parecía lindo para contar hasta ese momento. Y después me enamoré porque entendí las particularidades. Me parecía muy injusto que no tenga el lugar que tenía que tener en relación a las otras colonías judías porque obviamente Moise Ville (Museo Historico Comunal y de la Colonizacion Judia) en general, por ser la primera, tiene toda esta pompa que está perfecto, fantástico, pero cada una tiene su particularidad. Entonces haberme metido en la historia, haber conocido sus detalles, tratar de entender cuestiones que quizás para ustedes que viven son completamente normal, para mí eran sorprendentes y tratar de marcarlas fue un desafío»
Un museo con un fuerte componente histórico y emocional
El trabajo de investigación fue minucioso y profundo. «Convocamos diseñadores gráficos que trabajaron conmigo, la parte de la investigación me nutrí de toda la bibliografía que había disponible, «Afán», «Pioneros», pero me parecía más interesante volver para atrás y fui al archivo de la IWO. Y ahí nos encontramos con Arturo Bab, que es una persona que estuvo muy vinculada a la colonia, y junto con el archivo de la Rivera con José Dujovne empezar a desentrañar algunos elementos», explicó Szames.
«En relación a esto, digo, hay una rica historia y hay un profundo arraigo de la comunidad judía y ese no olvidar siempre presente por parte de la comunidad. En esto hay actores fundamentales que tienen que ver precisamente con los que están y con los que ya no están que han hecho un aporte a través de este último tiempo importantísimo. Digamos, cada persona dejó su huella, cada familia dejó su huella y un poco la idea del museo es rescatar eso también. La huella que dejó cada familia, las voces de cada familia, los recuerdos que tienen y también rendirles homenaje a esos pioneros que lucharon para que Rivera sea hoy lo que es. Y sumarle la voz de los que más años tienen y de los que todavía pueden contar esas historias que muchos de los jóvenes de hoy tampoco conocen». Este trabajo incluyó entrevistas, «grabamos a la mayor cantidad de gente posible», dice Laura.
Ezequiel Kosak enfatizó el papel fundamental de la comunidad: «Cada persona, cada familia, ha dejado su huella. La idea del museo es rescatar esos testimonios, esas voces, y rendir homenaje a los pioneros que forjaron este lugar con la mayor cantidad de gente posible para preservar sus relatos».
«La primera etapa del museo la pensamos con un recorrido cronológico, o sea, hay una investigación histórica muy seria que recorre la historia desde el principio hasta el día de hoy, habla del contexto también en el cual llegaron las primeras familias, habla de las inquietudes que nos generaron también, porque esto generó debates, las fuentes bibliográficas no siempre son completamente univocas, y a veces había más de una voz y bueno, tuvimos que cotejar y ver y rever. Así que lo que presentamos son paneles que explican la historia en un recorrido cronológico», dice Laura y enfatiza: «Y nos resultó muy, muy, muy interesante poder rescatar algunas historias, el componente emocional es fundamental y confiamos en que lo vamos a poder plasmar profundamente en la segunda y tercera etapa del museo. Un museo nunca se construye de hoy para mañana y más en un lugar como este, que es un proceso en construcción, por eso se presenta como un museo abierto, para que la gente empiece a contar sus historias, contar las historias de sus familias, que son básicas, son fundamentales y que van a, de alguna manera, sumar contenido al recorrido histórico, a lo académico que ya está presentado. Hay algunos objetos interesantes, hay algunos que tienen un lugar ya definido y hay otros que obviamente están pensados para luego ser parte también de esta muestra».
Una inauguración cargada de simbolismo
El museo abrirá sus puertas en una fecha muy significativa: el aniversario de la fundación de Rivera. Las actividades comenzarán el 3 de abril en el Salón del Centro Cultural, a partir de las 18 horas, con un taller de amasado de jalá, pan trenzado tradicional del Shabat, a cargo del chef internacional, oriundo de Rivera, Germán Sitz.

La inauguración se realizará el viernes 4 de abril con un acto en el Shil, abierto a toda la comunidad. «Queremos que sea un momento de participación activa de la comunidad, donde cada persona pueda honrar la memoria de sus antepasados, tenemos previstos momentos donde participen todos», destacó Claudio Kosak.
Uno de los momentos más emotivos será la presentación del «Árbol de la Vida», «es la manera que encontramos nosotros para agradecerles a todos los que han contribuido con el museo» dice Kosak. Luego, se procederá al corte de cintas y la primera visita guiada. Para cerrar la jornada, se realizará el Kabalat Shabat dentro de la sinagoga y una cena show en el salón de la parroquia, un gesto que resalta la convivencia armónica entre las distintas comunidades religiosas de Rivera.
Las actividades continuarán el sábado 5 de abril con un conversatorio y la presentación de un libro relacionado con la historia de la colonización judía.
Un espacio vivo para la historia y la comunidad
El museo está concebido como un espacio en constante crecimiento. «Nunca se construye un museo de la noche a la mañana», señaló Szames. «Por eso, se presenta como un museo abierto, donde la gente puede aportar sus propias historias y objetos. En esta primera etapa, el recorrido es cronológico, con paneles que explican la historia de la comunidad desde sus inicios hasta la actualidad. Pero a futuro, queremos ampliar las exposiciones y profundizar en la historia de cada institución que hizo grande a este lugar».
Claudio Kosak subrayó el trabajo en equipo que ha hecho posible este sueño: «Nosotros hacemos el museo en el marco de la comunidad judía. El museo no es independiente de la Kehila, de la comunidad judía de Rvera. Es parte de la comunidad judía». «El lugar no está elegido al azar», agrega Adrián, «está elegido en el corazón de la comunidad, que es el SHIL, casi centenario, es el edificio más emblemático y simbólico del pueblo y lo que hicimos fue ponerlo en valor, nada más que eso» dice. Por su parte Claudio enfatiza: «No podríamos haber logrado esto sin el apoyo de la comunidad. Recibimos donaciones de familias locales y de personas que ya no viven aquí, pero que siguen vinculadas con Rivera. También instituciones como AMIA han brindado su respaldo. A nivel profesional, queremos agradecer especialmente a la arquitecta Flavia Tieri y a Laura Szames, cuya dedicación fue clave».

A medida que se acerca la fecha de inauguración, la expectativa crece. «Este museo es una oportunidad para que la gente se haga preguntas sobre su identidad, sus raíces. Hay muchos vecinos que quizás nunca se acercaron al Shil y ahora podrán conocerlo y comprender mejor nuestra historia», concluyó Ezequiel Kosak.
Con un fuerte respaldo comunitario y un equipo comprometido con la preservación de la memoria histórica, el Museo de la Colonización Judía de Rivera y Colonias se perfila como un referente cultural y educativo para las futuras generaciones.
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