Cada 21 de noviembre se celebra en la Argentina el Día de la Enfermería, también conocido como el Día del Enfermero, en referencia a la fundación de la Federación de Asociaciones de Profesionales Católicos de Enfermería, en el año 1935, momento en que la institución nombró como patrona a la Virgen de los Remedios.
La enfermería en el país tuvo su origen por fuera del marco académico. En un principio estaba relacionada con actos benéficos, hasta la década del ‘40, cuando en América latina se requirió una atención médica constante para la mano de obra trabajadora.
En la Argentina, la Universidad Nacional del Litoral (UNL) fue la primera en incluirla en su oferta académica. De esta manera se creó en el año 1939 la Escuela de Nurses. Años más tarde, en 1952, la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) abrió su Escuela de Enfermería.
Actualmente, más de 60 universidades públicas y privadas ofrecen esta formación en el país. Para el año 2019 fue considerada la séptima carrera más estudiada en la Argentina, según datos de la Federación Argentina de Enfermería (FAE).
Son más de 80 mil estudiantes matriculados al año y se estima un crecimiento del 6,5% para años futuros. Según datos de la FAE, el 80% de estos estudiantes son mujeres.
El rol de los enfermeros
El Consejo Internacional de Enfermeras (ICN) define esta profesión como un actor fundamental dentro del sistema de salud. Consiste en la promoción de la salud, prevención de enfermedades y cuidados. Esto se aplica a cualquier persona que padezca enfermedades físicas, mentales, posea alguna discapacidad o limitación de edad.
La enfermería toma lugar tanto en sectores públicos y estatales como en privados, sin importar la edad del paciente. Las prácticas de esta formación son requeridas en cualquier centro de salud, como en zonas de catástrofes, eventos musicales o deportivos. (La Nación)