Tigre derrotó a Barracas Central 1-0, en la final por el primer ascenso a la Liga Profesional de Fútbol, coronándose campeón de la Primera Nacional. Un golazo de Cristian Zabala marcó la diferencia y deposita a Tigre de regreso, tras el descenso en la temporada 2018-19, en la élite del fútbol argentino.
Tribunas y plateas con mucho público, música de la película Avengers acompañando la salida de los equipos, fuegos artificiales, remeras y banderas de los futbolistas de los dos conjunto pidiendo justicia por Lucas González -el juvenil de Barracas Central, asesinado por tres polícias-, le dieron una bienvenida emotiva a esta final por el pasaje a la categoría mayor.
Luego el partido no tuvo alto nivel, aunque mostró la intensidad de una final. Arrancó mejor Tigre, más incisivo, más decidido. Barracas Central amagó con afirmarse, pero el Matador volvió a tomar el control sobre el final del primer tiempo. Tuvo una gran oportunidad cuando Cristian Zabala, tras un rebote, quedó en una posición muy cercana y favorable pero sacó un remate defectuoso, a los 33 minutos.
Tendría pronta revancha el volante de Tigre, nueve minutos más tarde. Una mala y apresurada salida del arquero Maximiliano Gagliardi le regaló la pelota a Zabala, quien controló, trasladó, se acomodó y sacó un tremendo derechazo para el golazo que puso el 1-0.
Así, un futbolista que no tendría que haber jugado esta final -Gagliardo debió haber sido expulsado ante Villa Dálmine por sus gestos provocativos a los hinchas- y otro que casi no jugaba -Zabala estuvo en duda por una sobrecarga muscular- fueron los actores principales de la jugada clave del partido.
El mayor oficio y la experiencia de Tigre, con una gran actuación de Sebastián Prediger en el mediocampo, neutralizó cualquier intento de Barracas Central, que estuvo lejos de mostrar sagacidad para esta final, caracterizó el segundo tiempo.
Algunas insinuaciones, mal terminadas, siempre mostraron al equipo dirigido por Diego Martinez -que había conducido a Estudiantes de Buenos Aires al ascenso a Primera Nacional en 2019- más firme y seguro. A tanto llegó su dominio, que Barracas Central no consiguió sacar ni un sólo remate franco al arco de Marinelli.
Excelente resultó la tarea de Patricio Loustau, sobre todo considerando lo mucho que se venía hablando y acusando a los árbitros. No tuvo errores, supo cortar cualquier chispazo, con recomendaciones o con un par de tarjetas amarillas, siguió siempre de cerca el juego y mostró personalidad para evitar desbordes.