Magdalena Espósito Valenti y Abigail Páez fueron imputadas ayer por el delito de «homicidio» en el marco de la causa donde se investiga la muerte de Lucio Dupuy, un niño de cinco años que fue violentamente golpeado y falleció en el hospital Evita. Ambas, de 24 y 27 años, permanecerán en prisión hasta la finalización del proceso.
La audiencia se llevó a cabo ayer desde las 17 y fue presidida por el juez Néstor Daniel Ralli. En representación del Ministerio Público Fiscal actúa Verónica Ferrero, quien está a cargo de la Fiscalía de Delitos que impliquen Violencia Familiar y de Género. En tanto, los defensores oficiales fueron María Silvina Blanco Gómez y Pablo Andrés de Biasi.
Fuentes judiciales explicaron que Espósito Valenti fue acusada de «homicidio calificado por el vínculo» y a Páez se le imputó «homicidio simple». Como medida de coerción, la Fiscalía solicitó la «prisión preventiva hasta la finalización del proceso», lo que fue aceptado por el juez.
La actual imputación «no permite juicio abreviado», según explicaron desde la Justicia. En el caso de homicidio simple la pena máxima es de 25 años, mientras que en el otro caso es de perpetua. De todas maneras, las fuentes consultadas no quisieron adelantar nada debido a que «si se confirman determinadas hipótesis que surgieron y que se están analizando, se podría hacer otra audiencia en la semana para ampliar la formalización y darle una calificación más grave».
Por el momento, la fiscal Ferrero cuenta con un resumen del resultado de la autopsia y aguarda por un informe más detallado con distintos puntos específicos que fueron solicitados. «Eso se coteja con los rastros que se reunieron el viernes por la noche en los allanamientos y con el trabajo de la AIC (Agencia de Investigación Científica)». En base a estas pericias, estiman que «van a surgir elementos con los cuales podríamos agravar aún más las condenas y las imputaciones que se están haciendo a ambas».
En relación al examen toxicológico, comentaron que no fue necesario realizarlo debido a que, cuando se las trasladó a Sanidad Policial tras la detención, fueron examinadas y se constató que no estaban bajo el efecto de ninguna sustancia.
Este diario pudo saber que el padre, Christian Dupuy, también declaró ayer asistido por un equipo interdisciplinario. «Su declaración se va a cotejar con todos los elementos que tengamos de trámites que hayan hecho en el Juzgado de la Familia y el Menor. Eso ya se pidió y seguramente el lunes van a empezar a llegar» los informes.
En silencio.
Las fuentes consultadas indicaron que las imputadas «se abstuvieron de declarar» y optaron por el silencio. Con respecto a las distintas versiones que brindaron, explicaron que esto surgió «porque aparentemente es lo que dice Páez cuando lleva al nene a la guardia, el médico le pregunta qué pasó y ella trata de ensayar una explicación».
Durante la tarde de ayer, los investigadores se dedicaron a cotejar las cámaras del Cecom, de los vecinos y del hospital «para ver bien cómo fue la situación». Por lo pronto, lo que se conoce es que ambas «convivían y estaban a cargo del niño».
Por estos motivos es crucial la información que se pueda obtener de los registros fílmicos. «Es un rompecabezas que se va a ir armando y nos va a dar la precisión de quién estaba, quién se fue, en qué momento pudo haber ocurrido el hecho», explicaron.
En paralelo se estaban tomando declaraciones a los y las vecinas.
Contexto de violencia.
Por otro lado, la Fiscalía se encuentra investigando la existencia de denuncias previas por maltrato. «Se está estudiando para ver qué podemos reunir de un contexto de violencia anterior con el testimonio de los familiares, de los vecinos y por sistema. Estamos viendo cuál era la situación del menor previo a este hecho. Todos estos elementos pueden llegar a agravar la situación de las chicas», señalaron.
La fiscal Ferrero está particularmente «enfocada en ello» debido a que «el contexto en el cual ocurrió el hecho es importante para acreditar la violencia familiar». Por estos motivos, las declaraciones testimoniales se cotejarán con lo que haya en el sistema judicial, lo que surja de la Dirección de Niñez y de cada uno de los organismos intervinientes «para ver si hay actuaciones y ver de qué manera podemos reconstruir todo lo previo».
Protesta.
Durante la mañana de ayer, la foto de las dos acusadas y del pequeño Lucio se viralizaron en redes sociales. Con capturas de pantallas de los perfiles de facebook de la madre y su pareja, la foto de las dos mujeres inundó las redes, y el pedido de justicia por el pequeño se hizo viral. «Estas son las caras de las asesinas de un pobre angelito. Abigail Páez y Magui Espósito, no se olviden nunca de estas asesinas», fue uno de los recurrentes mensajes en perfiles de Facebook, Instagram, estados de Whatsapp y Twitter, donde el nombre «Lucio» se convirtió en tendencia nacional.
Anoche, un grupo de vecinos y vecinas protestó frente a la Seccional Sexta, donde se encontraba una de las detenidas, para expresar su bronca y su dolor. Entre gritos hacía la imputada y llantos, exigieron justicia y alentaron a hacer la denuncia cuando se tome conocimiento de una situación de maltrato
Lucio murió por «politraumatismos».
El niño Lucio Abel, de cinco años de edad, falleció el viernes por la noche producto de «politraumatismos varios». Las principales sospechosas en la causa son la madre del menor, Magdalena Espósito Valenti de 24 años, y su pareja Abigail Páez de 27. Ambas se encuentran detenidas.
La muerte del niño habría ocurrido en un contexto de violencia familiar. El forense Juan Carlos Toulouse señaló que uno de los resultados que arrojó la autopsia fue que el niño murió «politraumatizado». Un informe al que accedió este diario agrega que el niño presentaba un «edema cerebral», y señala que el horario del fallecimiento habría sido las 22.
«Es un nene que presenta varios politraumatismos recientes, y otras que son de vieja data, es decir que es un nene que fue violentado desde hace tiempo», indicó el forense.
El brutal episodio ocurrió el viernes por la noche, alrededor de las 21 e intervino personal de la Unidad Funcional de Género, Niñez y Adolescencia, y de la Seccional Primera. Según precisaron fuentes ligadas al expediente, la primera intervención se dio alrededor de las 21.15, cuando los efectivos fueron advertidos a través del 101 de un niño con supuestas convulsiones en el barrio Río Atuel.
En principio habrían llevado al niño a la posta sanitaria del barrio, donde no fue atendido, y una de las mujeres cruzó hacia la sede de la Unidad Regional I, que se encuentra en la misma cuadra. Los vecinos de la zona, al ver que el niño estaba desvanecido, lo cargaron en un vehículo y lo llevaron rápidamente al hospital Evita.
Hasta ese momento no se sabía qué había ocurrido, debido a que había ingresado al establecimiento gracias a los vecinos y las personas a cargo no estaban. «Después se pudo encaminar la investigación y determinar qué había ocurrido», comentaron fuentes de la investigación.
«Signos de violencia grave».
Tras aclarar cómo se habían desencadenado los hechos, se hicieron diligencias en el propio Hospital Evita. Allí trabajó personal de la Agencia de Investigación Científica (AIC) y el ingreso estuvo fuertemente custodiado durante la noche del viernes.
También había una consigna policial sobre un Fiat Palio, el cual había sido utilizado por los vecinos para trasladar al niño al establecimiento, donde el personal médico constató allí la muerte. «El niño tiene signos de violencia grave», relataron a este diario. Con relación al vehículo, las fuentes consultadas indicaron que se secuestró e inspeccionó.
También se allanó la vivienda que habitaban, ubicada en la calle Allan Kardec al 2300. Fuentes de la investigación señalaron que «si bien hay muchas cosas del allanamiento que son materia de investigación, se habría buscado un calzado, para ver si coincidía con marcas que el niño presentaba en su cuerpo».
«Me entraron a robar y el nene se cayó».
Un informe oficial revela que una de las mujeres involucradas en la muerte del menor de cinco años brindó varias versiones ante diferentes personas, entre ellas que habían ingresado al domicilio y que le habían robado.
Según publica el diario La Arena, la mujer que trasladó en brazos al niño hacia la posta del barrio Río Atuel se encontró con un vecino, que intentó ayudarla. «Me entraron a robar, lo dejé solo dos segundos y el nene se cayó», fue la explicación que dio ante el hombre, según el informe donde se detallan las declaraciones de diversos testigos.
Con su ayuda, y al verlo inconsciente, rápidamente lo trasladaron al hospital Evita. Allí fue recibido alrededor de las 21.30 por el personal médico que estaba de guardia. Según se precisa en el informe, el menor ingresó sin signos vitales.
Asimismo, una de las testigos declaró que luego de dejar al niño en el Hospital la mujer pidió que la llevaran nuevamente a su casa. «En el camino comenzó a ofuscarse y se agarraba su cabeza, y gritando aducía ‘hijos de puta me mataron a mi hijo, que voy a hacer, se ve que le han pegado y no se si lo violaron también'».
Informe médico.
Al observarlo en detalle, el informe médico preliminar señaló que se constató que el niño tenía sangre en la boca, hematomas en varias partes del cuerpo y uno muy grande en el glúteo derecho. Además, tenía excoriaciones en el muslo izquierdo y en su espalda se podía observar una marca de zapatilla.
Por el cuadro que presentaba, se intentó reanimarlo con maniobras de RCP aunque sin suerte. En ese momento, el personal le consultó a la mujer qué era lo que había ocurrido. Según el informe, la mujer le contestó que lo había dejado solo durante unos 15 minutos mientras llevaba a la madre a trabajar y al regresar lo encuentra descompuesto, por lo que lo levanta para bañarlo.
Al remarcarle que había fallecido tras varios golpes en el cuerpo, la mujer «cambió su versión» y adujo que cuando entró de nuevo a la casa encontró «el interior desordenado» y al niño llorando en la habitación, por lo que rápidamente salió en busca de ayuda.
La marca de la zapatilla.
Otra de las declaraciones que se tomó en el marco de la causa indican que la marca de zapatilla que poseía en la espalda solo podía producirse si lo pisaban y le ejercían fuerza sobre el cuerpo. A su vez, deslizaron que había heridas que eran anteriores.
Por otro lado, en el primera revisión médica que se le practicó al niño se observó que las heridas eran producto de golpes de puño y patadas, y se estimó en ese momento que había sufrido traumatismo de cráneo.
«La justicia nunca me escuchó».
Christian Dupuy, el padre del niño presuntamente asesinado el viernes por su mamá y la pareja, comentó un artículo de La Arena con un reclamo hacia la justicia pampeana. El hombre, que reside en General Pico, advirtió: «La justicia nunca me escuchó, siempre favoreció a la madre por más abogados y mediaciones que realicé. Hoy pagó mi hijo, pero no sólo escuchen a la madre, papá también sufre en silencio».
«Hoy con el corazón roto y mi alma sin encontrar consuelo te digo descansa en paz hijo mío, no voy a descansar hasta que se haga justicia. Te amo Lucio Abel Dupuy», concluyó en un breve mensaje.
Fuentes consultadas por este medio indicaron que el hombre en varias ocasiones solicitó ante la justicia la tenencia del menor, y siempre le fue negada en beneficio de la madre. (La Arena)