Cada localidad tiene historias de personas que dejaron su huella en la comunidad. Los relatos de la vida del pueblo, a través del recuerdo y la voz de las personas de más edad de la comunidad que fueron testigos o bien de quienes recibieron el relato de los protagonistas, son las palabras que forman la historia de un pueblo.
El Señor Marcos Chernischuk, o Tito, como cualquier vecino lo conoce y llama por su apodo, es una de esas personas que reúne todas esas características. A través de su relato, Tito nos lleva a una Rivera de otros tiempos para contarnos sus vivencias desde su épocas de niñez, en la colonia del hospital, pasando por su actividad relacionada con el deporte en el Club Atlético Independiente de Rivera, entidad deportiva de sus amores que lo vio nacer y crecer junto a su familia.
Nacido en Rivera un 4 de junio de 1943, Tito es hijo de Don Basilio Chernischuk y Doña Paulina Rodorosky, desde muy pequeño se crio en un lugar donde la sencillez y humildad eran bandera y la honestidad que promulgaban sus padres hacían «escuela» en él y sus hermanos. «De chico jugábamos en la calle con una pelota de trapo», dice Tito, por ese entonces no había una cancha, ni tampoco para una pelota de Fútbol. «Se armaban partidos Colonia contra Colonia, la Villa Goldberg contra la Hospital… el premio para el ganador era una docena de Naranjas», evoca.
ESTA ES UNA BREVE HISTORIA DE NUESTRO PASADO APARTE.
Basilio Chernischuk, padre de Tito, se radicó en el año 1924 en Rivera. Era parte de la migración descendiente de los Rusos Ucranianos que fueron protagonistas del esfuerzo y la voluntad que les dio la vida, para venir a poblar estas tierras. Entre sus actividades culturales, formaron conjuntos Filodramáticos, tenían coro y cuerpo de baile propio, haciendo sus presentaciones en el Centro Cultural Israelita. También contaban con una escuela para los hijos de las Familias Rusas, ubicadas en el ex comercio denominado «Las Mil Maravillas» propiedad del Señor Bargar.
Basilio, como muchos rusos y polacos, se trasladó con su familia al Este de la localidad, radicándose en una de las primeras colonias que se formaron en Rivera. El lugar elegido era en dirección a la colonia creada en rededores del Hospital Jersonsky.
La familia Chernischuk estaba integrada por su esposa Paulina y sus cuatro hijos, María (Maruca), Rodolfo, Pedro y Marcos (Tito). Vivieron muchos años en su casa materna donde actualmente vive la Familia Busevich, esta construcción, que hoy cuenta ya con más de 100 años, fue levantada por Basilio que trabajaba en un horno de ladrillos en la Colonia Villa Goldberg perteneciente a Coroka. Debido a su actividad, la morada fue realizada con ladrillos de primera calidad, por ello hacen que en la actualidad luzca imponente por su buen estado y se destaca como la más importante por sus años, y por nuestra historia. «En aquella época había muchos hornos de ladrillos, fue una fuente de trabajo para nuevas construcciones que mostraban el crecimiento de Rivera», dice Tito y agrega: «en el frente de la vivienda estaba uno de los primeros negocios de esa época, bar, almacén comúnmente llamado Boliche».
LOS RECUERDOS SON ÚNICOS, NO SE REPITEN, LO QUE NO SE RECUERDA SE OLVIDA
No se olvida Tito de los palenques «los paisanos verían y ataban los caballos con sus sulkys y los carritos con elástico cuando venían a hacer sus compras y pasaban un rato de esparcimiento, conversando, jugando al Truco y tomando unas copas».
Chernischuk hizo la escuela primaria en el colegio provincial, además y desde muy chico comenzó a trabajar: «lavaba copas en la cantina C.A.I.R, que fue mi segunda casa«, cuenta. Corrían otros tiempos y en aquella época era muy difícil sostenerse con medios económicos para seguir estudiando por ello se decidió a trabajar con la ayuda de Mario Dujovne.
«Mario me presto un pantalón y un blazer y comencé a trabajar en la Cooperativa Granjeros Unidos, con la buena predisposición del Guillermo Yermolinsky y con la colaboración del Moisés Sitz, entonces Presidente de la Cooperativa, así conseguí mi primer empleo», dice.
En su paso por la Cooperativa Granjeros Unidos trabajó en todas las secciones, lo hizo de Lauchero en los galpones en la entrega de Cereal y de ahí en adelante se afianzó en su labor gracias a su buen desempeño en distintas categorías de la Cooperativa terminando su carrera allí, tras 40 años de trayectoria, como Jefe de Sección.
Cabe mencionar que en ese entonces el señor Isaac Greis, reconocido cooperativista y dirigente, veía en Marcos Chernischuk, a un futuro reemplazante de Miguel Gabay, según sus propias palabras para con quien escribe, Arturo Loewy, Personalmente tuve un contacto muy directo con el Señor Greis y en en esas ocasiones me manifestó que esa era la intensión.
EL VERDE, UNA HISTORIA DE SU PROPIA HISTORIA
Desde muy joven Tito, amante del fútbol, se inició jugando en las inferiores del Club Independiente haciéndolo en tercera división con 13 y 14 años. «Me sirvió para formarme como joven entusiasta por el deporte, pero más aún para orientarme como persona» asevera. Por aquellos tiempos no competía oficialmente, pero de ahí salía el semillero del Club. «Jugué toda mi vida en el C.A.I.R mientras la edad y el físico me lo permitió, alterné en reserva y primera», dice. Compartió partidos con los grandes jugadores de la época, fue compañero de Miliquito, Jopito, los hermanos Kessler, Mario Ruppel y muchos más. También en varias oportunidades asumió el rol de Director Técnico de fútbol en el Club. Además le tocó participar como árbitro en partidos de fútbol de la Liga Carhuense en colaboración con Jopito Gorjón
En aquellos años no había Televisión, podías ir al Cine o hacer teatro vocacional, muy característico en Rivera. Pero era imperdible para los que seguían el Fútbol grande de Buenos Aires, Tito simpatizante de River junto con otros amigos escuchaban los partidos por Radio, en aquellas épocas había pocas y lograrlo era un acontecimiento. «Nos juntabamos a escuchar los partidos con Timo Chenco, Colla, entre otros. Los relatores eran José María Muñoz, Fioravanti, Elías Sojit, Enzo Ardigo», recuerda.
La vida lo llevaría en el año 1964 a servir a la Patria, para hacer el Servicio Militar. Fueron 14 meses en la Provincia de Entre Ríos, y se tuvo que ausentar en unos de los momentos más importante del C.A.I.R, también en el año 1985, cuando un 4 de octubre tras sufrir un grave accidente en la Ruta 33 cerca de Pigüé, volviendo de Bahía Blanca, donde perdieron la vida varias personas, entre ellos el recordado Patito Olguín, ese día Marcos Chernischuk nacía de nuevo.
La actividad con el Club nunca cejó, en lo que se refiere a la Comisión Directiva pasó etapas como Presidente de la Entidad deportiva y como Secretario: «estuve en todos los cargos menos el de Tesorero», dice y agrega «había gente muy bien predispuesta en la Comisión, no puedo olvidarme entre otros de Oscar Tieri y que decir de lo que era el gran Nélido Merigge y Jacobo Aphelans: fueron una Institución, socio fundador uno, trabajador incansable el otro. Ambos se brindaron por completo y sin pedir nada a cambio, hicieron del club el patio de su casa. Gente sana, de conducta intachable. Hoy la cancha y el predio lleva sus nombres, un homenaje que tardó en llegar……pero llegó», afirma y continúa: «Se los extraña mucho porque fueron personas que han dejado una huella enorme y marcaron un camino, fueron únicos e irrepetibles»
También recuerda las rarezas de la época, por ejemplo como se negociaba el intercambio de jugadores entre los clubes de Rivera: «Catuio Morales, propuso que le dieran una puerta completa con marco y jugaría un año en el Verde, y así fue», dice.
Su lugar en el Club y su memoria prodigia nos lleva a hablar sobre los equipos más importantes en la trayectoria de Independiente, «Todos fueron sobresalientes, se destacaron los campeones por ganar invictos el torneo en el año 1959 de la liga Puanense de Fútbol y el del 85 en la liga Carhuense», recalca. Para Tito fueron diferentes épocas: «había jugadores que realmente se destacaban por ejemplo en el año 1959 Eugenio Baranovsky, Telmo Anton y Zenón Sequeira. y en el año 1985 Chocha Palacio y Eduardo Fritz, todos fueron figuras con la camiseta verde», dice.
Tampoco se quiere olvidar de los dirigentes que pasaron por el club, «Los Hermanos Vita, Moisés Deino, José Ramírez, Luis Baranovsky y muchos más, a todos los tengo siempre presente», dice y agrega «estoy tranquilo de saber que el C.A.I.R dejó muy bien representado al pueblo de Rivera en todos lados».
La actividad como dirigente le dio la oportunidad en los festivales logrados por el C.A.I.R de conocer importantes artistas y figuras del espectáculo argentino como Horacio Guaraní, Los Chalchaleros, Mercedes Sosa, Jorge Cafrune, Sergio Denis, Los Pimpinela, entre otros.
A los 26 años Tito dejó su Colonia natal y se fue a vivir a Rivera, el 14 de abril de 1969 contrajo matrimonio con Lidia Inés Macengo con quien tuvo tres hijos, Karen, Verónica y Martín.
Hoy comparte el trabajo diario junto a sus hijos en una exitosa empresa familiar en Rivera.
Amante de la pesca, del buen fútbol y de compartir momentos junto a su familia y a los amigos que le dio la vida, Tito rememora con su memoria las huellas de lo sucedido alguna vez. Lo que ha sido, pero en una conjunción de tiempos: el presente, el pasado, el futuro.
Es que la memoria marca la continuidad temporal y el carácter propio del recuerdo. De ahí que la memoria individual, como todas las memorias, se construye en el tiempo y ese es el tiempo que vivió este pueblo.
*Por Arturo Loewy. (fotos de archivo gentileza www.archivoderivera.com.ar)