El presidente de Turkmenistán, Gurbangulí Berdimujamédov, ordenó cerrar el cráter de gas conocido como la “Puerta del Infierno”, que arde sin interrupción desde 1971.
El también denominado pozo de Darvaza, que lleva encendido cinco décadas, se halla en la mitad del gran desierto de Karakum, y se ha convertido en una de las grandes atracciones turísticas de esta remota exrepública soviética.
Berdymujamedov dijo que el cráter, creado accidentalmente por el hombre, “afecta negativamente el medio ambiente y la salud de la gente que vive en los alrededores”, y lamentó la gran cantidad de gas natural que se ha derrochado desde hace medio siglo.
Por ello le encargó al viceprimer ministro, Shajim Abdrajmánov, que encuentre la forma de sofocar las llamas con ayuda de científicos turkmenos y, si fuera necesario, extranjeros.
Berdimujamédov, en el poder desde 2006, ya planteó cerrar esta cuestión en 2010, informó la agencia AFP, pero las lenguas de fuego que han atraído a los escasos turistas que entran en el país, comparado por su aislamiento con Corea del Norte, siguen ardiendo.
Otro “accidente” de la era soviética: cómo se creó la Puerta del Infierno
Aunque es considerada una maravilla de la naturaleza, la “Puerta al Infierno” se creó tras un accidente en 1971, durante unas obras de prospección de gas hechas en la era soviética.
En la exploración, los expertos se toparon con una cueva subterránea llena de gas natural y para evitar que el cráter ocasionara el escape de varios gases naturales peligrosos, los geólogos optaron por prender fuego con la esperanza de que se extinguiría tarde o temprano.
El resultado fue un cráter de 70 metros de ancho y 20 de profundidad que 50 años después sigue ardiendo. En 2018, el presidente le puso oficialmente el nombre “Resplandor de Karakum”.