Médicos del Hospital Dr. Lucio Molas de Santa Rosa operaron con éxito a la joven Brisa Suárez (19) y le extirparon del brazo el implante subdérmico, un método anticonceptivo, que se le había movido del lugar y le estaba provocando dolores e inflamación en su cuerpo. La cirugía fue «riesgosa» porque el chip estaba a 2,4 milímetros de la vena humeral.
El caso de Brisa se conoció a través de las páginas de El Diario, cuando la joven de Miguel Riglos contó los padecimientos que estaba sufriendo a partir del momento en que le colocaron el implante anticonceptivo y el mismo se movió de lugar.
«Una ginecóloga me hizo una ecografía y sale que el chip estaba encarnado próximo al paquete vascular, ubicado a 2,4 mm de la vena humeral. Era una cirugía riesgosa y me dijo que la iba a hacer un cirujano especializado en eso», comentó.
El miércoles 16 de febrero fue la intervención quirúrgica en el Molas. «Me hicieron anestesia general y cuando desperté me habían sacado el chip», dijo.
Explicó que «me dieron pastillas anticonceptivas sin estrógeno porque el chip me hizo un cambio hormonal y no puedo tomar las pastillas comunes».
Según recordó Brisa, fue la médica Nora Bertón, del hospital de Riglos, la que un día le recomendó colocarse el implante anticonceptivo. «Yo tenía 14 años, me llama la doctora Bertón para que vaya al hospital con mi mamá. Nos comenta que estaba el implante, que era mejor que las pastillas para prevenir embarazos. Me lo colocan, pasaron tres años, me sacaron ese y me colocaron uno nuevo en el mismo lugar. Cuando estaban sacando el anterior se complicó porque se había encarnado. Al poner el otro en el mismo lugar se complicó todo», dijo.
Desde ese momento, comenzaron los problemas. «Empecé a ir al hospital por dolores muy fuertes que me hacen llorar. Mareos, me broto, cualquier cosa que como me inflama. Fui varias veces al hospital y llamaban a la doctora y lo único que decía era que me pongan un inyectable y me mandaban a mi casa. Se me pasaba por unos días. Al tiempo volví a ir y le pedí por favor que me lo saquen porque me pasaba eso por el implante pero ella me decía que era normal», dijo.
Brisa dijo que un día «le pedí a la doctora que me lo saque y me decía que no, porque estaba encarnado. No fui más con ella y vi a otra médica del hospital. Me hizo una radiografía y salió que el chip estaba encarnado, pegado al hueso del brazo izquierdo».
Hace unas semanas decidió ir a Macachín a ver a un ginecólogo. «Me revisan y me dicen que la cirugía sale 15.000 pesos. Me hacen la cirugía y no encuentran el chip donde tenía que estar. Cortó hasta llegar al hueso y no encontró nada. El chip no está donde tiene que estar, donde lo colocaron. Me vieron en el ecógrafo y el chip está mucho más arriba, cerca de la axila, entre un nervio, un músculo y las venas. No lo pueden sacar porque corro mucho riesgo y me recomendaron no intentar con más cirugías por mi bien, ya que si tocan un nervio puedo perder la movilidad del brazo o puede producir una hemorragia», afirmó.
«El ginecólogo me dijo que el problema del chip es que ella lo puso mal. Lo tendría que haber colocado en el otro brazo o sellado ese lugar y poner más al costado. Me explicó que al sacar el otro tuvieron que cortar de más porque no salía, y al cortar de más el chip tuvo la posibilidad de moverse», comentó. (Diario de La Pampa)