La desaparición durante casi 10 días del Carlos Alberto Escofet esconde detrás una causa judicial abierta por «violencia de género». También -de acuerdo a lo que pudo reconstruir El Diario de La Pampa de fuentes policiales- surge como papel principal en la historia de su hallazgo el rol de un puestero desconocido, de un campo en la zona de Cereales, y la participación del intendente de Miguel Riglos, Federico Ortíz.
Escofet ya había ausentado de su casa, durante un tiempo, cuando fue notificado de la denuncia en su contra. Aunque en aquella oportunidad regresó por sus propios medios.
Desde el jueves el vecino de Miguel Riglos se encuentra internado en el área de Salud Mental del Hospital «Dr. Lucio Molas». Para cuando reciba el alta ya tiene una cita con la fiscala Cecilia Martini por la causa que tiene en su contra.
A 30 kilómetros
Siempre de acuerdo a la versión de distintas fuentes, este diario pudo saber que el pasado 22 de febrero Escofet caminó entre tres o cuatro días a pampa traviesa por los campos de la zona en dirección hacia la localidad de Miguel Riglos. «Él mismo contó que evitaba los caminos vecinales para no encontrarse con la policía», destacó un efectivo policial que participó de su búsqueda.
El cansancio, el hambre y desgaste general que estaba sufriendo lo llevó a instalarse en puesto de la zona de Cereales, ubicado a unos 30 kilómetros de Riglos, que en ese momento estaba vacío. «En un momento llegó el puestero y cuando lo vio en la situación que estaba lo primero que hizo fue brindarle ayuda», precisó la misma fuente.
La acogida solidaria, que incluyó desde alimentación hasta vestimenta, se extendió durante dos o tres días más. «Lo fue ayudando, fueron hablando y Escofet le terminó contando su historia… hasta que logró convencerlo de que tenía que volver su hogar», apuntó el mismo uniformado.
En el regreso del vecino fue clave la participación del intendente Federico Ortíz. Sucede que el puestero, conocido del jefe comunal, le pidió que intercediera para evitar «alguna consecuencia no deseada».
Acto seguido, el propio Ortíz se comunicó con el Jefe de la Unidad Regional I, comisario Claudio Cano, y en conjunto diagramaron un encuentro con el puestero y con Escofet en las afueras del pueblo. «Se buscó que no fuera a la comisaría para una mejor contención… de hecho en ese primer encuentro también había un oficial conocido de él, un psicólogo y otros profesionales de la salud», confirmó el comisario Cano ante una consulta de este diario.
Escofet tiene una familia constituida, con una mujer y tres hijos. El resto de sus parientes más cercanos están en Miguel Riglos, con algunos hermanos en Alpachiri, Rolón, Rivera y Santa Rosa.
Luego de su entrega, este miércoles alrededor de las 16:00 horas, el hombre de 38 años fue trasladado a la comisaría y desde allí derivado a Salud Mental del Hospital «Dr. Lucio Molas» donde este jueves a la mañana todavía se encuentra internado «para una mejor y rápida recuperación».
«Está en Salud mental a pedido de la fiscal Martini… cuando exista la certeza de que no va a ocurrir el mismo episodio tiene que concurrir a declarar a la Ciudad Judicial por la causa que tiene abierta», precisó este jueves a la mañana el Jefe de la UR-I. ( Diario de La Pampa )