Antes el propio Mbappé lo había tenido dos veces (y una fue gol anulado por offside de Nuno Mendes), Neymar también y Messi, tras una hermosa pared con el crack brasileño, había llegado al fondo para enviar un centro que no encontró a nadie.
Real Madrid había respondido dos veces con Benzemá, un gran remate y un cabezazo, ambos contenidos por Donnarumma.
PSG tenía todo bajo control en el complemento e inclusive llegó al 2-0, otra vez obra del imparable Mbappé (una definición exquisita), pero el gol no subió al marcador por posición adelantada.
Hasta que Donnarumma metió en partido al Real Madrid. El arquero demoró en la salida con los pies, Benzemá le pellizcó la pelota y después recibió de Vinicius para poner el 1 a 1. Fue un segundo fatal ante un rival al que si algo le sobra es oficio.
El conjunto parisino se hundió en un mar de dudas y volvió a mostrar su mandíbula de cristal. Lo aprovechó Real Madrid y sobre todo su gran estrella, Benzemá, que puso el 2 a 1 a los 31m (remate dentro del área que se desvió en Marquinhos) y el 3 a 1 apenas dos minutos más tarde.
PSG, que tenía el pase casi en el bolsillo, sufrió un golpe del que no lo pudo sacar la jerarquía de sus individualidades y que pone en juego la continuidad de Pochettino. Real Madrid tiró a la cancha toda su historia y está entre los ocho mejores de la Champíons.
En el otro cruce de octavos que se resolvió hoy, Manchester City completó la tarea tras el 5 a 0 de la ida y, en su estadio, sacó pasaje para la próxima instancia al empatar sin abrir el marcador con Sporting Lisboa, de Portugal.