En un contexto económico complicado por la inflación, la industria pyme no es la excepción y la actividad cae un 6,3% anual en febrero (medida a precios constantes). De acuerdo con el último informe de CAME, hubo un aumento de 3,6 %, sin desestacionalizar, en comparación a enero, pero acumula una baja de 7,97% en el primer bimestre del año (frente a iguales meses de 2021).
Asimismo, el estudio revela una suba en el uso de la capacidad instalada de 1,3 puntos ubicándose en 70%.
Tabla capacidad industrial
Por otro lado, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa señaló que desde diciembre pasado las familias orientaron una mayor proporción de su consumo a turismo, ocio y recreación, provocando importantes consecuencias en la industria. Además, hubo faltantes de insumos y modificaciones de precios que pusieron en pausa algunos pedidos de producción previstos. Las empresas exportadoras también sufrieron el impacto de la menor demanda internacional de algunos países.
Igualmente, el 66,6% de las pymes consultadas evaluó la situación actual de su empresa como buena o muy buena, 4,2 puntos por encima de enero. Sin embargo, se redujo 3,7 puntos, a 58,6%, la cantidad de empresas de la muestra que trabajaron con rentabilidad positiva (de 62,3% en diciembre). Esa reducción se relaciona con los aumentos en los precios de algunos insumos, especialmente en Alimentos y bebidas y Productos de metal, maquinarias y material de transporte.
Análisis de sectores de la industria
Cabe señalar que salvo el sector Indumentaria y textil cuya producción subió 8,8% anual en febrero, el resto tuvo un febrero rojo en números. En ese sentido, Papel, cartón, edición e impresión y Maderas y muebles fueron los sectores que registraron las peores caídas con valores superiores al 11%.
Según las empresas consultadas hubo problemas para producir por los cortes de energía y por faltantes de insumo. En otros casos como el sector Metálicos, maquinarias, equipos y material de transporte, la actividad fue afectada por caídas o pausas en exportaciones previstas, además de las dificultades para conseguir materia prima.
Otro dato preocupante fue la falta de personal. Empresas del sector textil acusaron que no fue fácil conseguir trabajadores. (Perfil)