Un estudio del Centro de Investigación Demográfica de California (Estados Unidos) advirtió hoy que se produjo un descenso de dos años de la esperanza de vida a nivel mundial en 2021, ocurrido por el impacto de la pandemia de coronavirus.
Se trata del estudio Global and National Declines in Life Expectancy: An End-of-2021 Assessment, realizado por Patrick Heuveline, profesor de sociología y director asociado en la Universidad de California en Los Ángeles, Estados Unidos, publicado en la revista científica Population and Development Review.
Según este informe, durante el periodo comprendido entre 1950 a 2019, los descensos de la mortalidad fueron escasos y localizados, el descenso de 2019 a 2020, estimado en este estudio en 0,92 años, fue el primero desde 1950, cuando Naciones Unidas realizó el primer cálculo sobre la esperanza de vida en el mundo.
La investigación pone atención sobre el efecto del coronavirus en la esperanza de vida en países donde la enfermedad recibió poca atención.
Esta investigación fue el primer artículo científico que analizó el impacto a nivel mundial del Covid-19 en la esperanza de vida.
En este sentido, durante el periodo 2020-2021 se observó otro descenso de 0,72 años entre 2020 y 2021, aunque según la investigación la esperanza de vida se estabilizó a finales del 2021, precisó la agencia de noticias DPA.
«Aun así, la esperanza de vida mundial era dos años menor en 2021 de lo que debería haber sido en ausencia de Covid-19», señaló Heuveline.
La investigación pone atención sobre el efecto del coronavirus en la esperanza de vida en países donde la enfermedad recibió poca atención.
Si bien los datos aún no permiten una aproximación fiable en casi la mitad de las naciones del mundo, las estimaciones indican que el impacto de la Covid-19 fue mayor en países asiáticos y africanos como Egipto, India, Kazajstán, Líbano, Filipinas, Sudáfrica y Túnez; y menor en países de Europa occidental como Italia, España y el Reino Unido.
«Estos resultados ponen de manifiesto un desequilibrio geográfico entre la disponibilidad y la calidad de los datos sobre el exceso de mortalidad y el impacto de la pandemia», concluyó Heuveline. (Télam)