“Nada es consistente, hoy, si no se contempla una aceitada relación dialéctica entre lo global y local”, aseguró el Ingeniero Agrónomo Tomás Loewy, referente de la ONG proyectodepais.com.ar
«En este tiempo de pandemias y de invasiones bélicas, Argentina -para bien o para mal- tiene su propio perfil. Es inútil querer mimetizarse con los problemas del mundo porque somos irremediablemente diferentes». expresa
Ampliando el horizonte, el Ing. Agr. Loewy también dijo que para transitar otro camino la Argentina debe superar, cuando menos, cuatro hipertrofias.
- Tener una provincia dentro de otra, en alusión a La Matanza.
- Exhibir un país dentro del propio, en referencia a la provincia de Buenos Aires.
- Reducir el 93 % de urbanización.
- Evitar que un tercio de su población se apiñe en el 1 % de su territorio.
“La rémora de la provincia de Buenos Aires recobró actualidad por el libro que presentó recientemente el senador Esteban Bullrich”, recordó.
«Fue impactante, además, por la crítica situación de salud que atraviesa el ex senador de la Nación. Muchos vieron la aparición del libro como una oportunidad, más allá de que somos un «un cementerio de oportunidades».», agregó.
El legislador nacional compiló sus ideas —junto a Enrique Morad y Jorge Colina— en un libro que salió a la luz el último 6 de diciembre, en Vicente López.
“Más allá de que la Argentina sea ‘un cementerio de oportunidades’, seguimos aferrándonos, en forma anacrónica, a ellas”, manifestó Loewy, quien también es uno de los propulsores del proyecto de provincias nuevas.
“Lo primero que se debe decir es que el drama de la megaprovincia inviabiliza, también, cualquier progreso legítimo del país”, indicó.
“Por esta razón, el problema no admite solución distrital y demanda una gestión mixta: nacional y provincial”, explicó.
También comentó Loewy que, si dejamos todo como está, igual podemos alcanzar ciclos de crecimiento económico y secuencias de períodos democráticos y autocráticos.
Aunque dejó una salvedad.
“Pero no podremos aspirar a un desarrollo genuino y en el que enarbolemos banderas de sostenibilidad”, afirmó.
Por eso volvió a insistir en que se requiere de un aceitado vínculo dialéctico entre lo global y lo local.
Admitió que las nuevas provincias propuestas en el libro del senador Bullrich son, en principio, auspiciosas.
“Entre otras circunstancias porque ‘quiebra’ la gran aglomeración y lo hace, precisamente, en las inmediaciones del distrito de La Matanza”, recordó.
“Así, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires absorbería una parte del conurbano y el resto se integraría a otra provincia. Ya se podría decir, entonces, que el AMBA sería una pesadilla del pasado”, explicó el ingeniero agrónomo oriundo de Colonia Lapin, partido de Adolfo Alsina, y jubilado del INTA Bordenave.
“Al mencionar que el problema era nacional y no meramente provincial, estaba implicando que la solución parte de políticas de Estado que, necesariamente, respondan a un proyecto de país”, dijo.
“Estas políticas, no extensivas ni excluyentes, pasan por un ordenamiento territorial, una sostenibilidad agrícola y una educación ambiental”, agregó.
También dijo que la eventual división de la provincia será inocua si no está acompañada de una redistribución humana. Y que eso se denomina geodemografía.
“En esa línea, las nuevas capitales podrían asentarse fuera de las ciudades mayores”, expresó.
“Luego, el cambio de paradigma agrícola y ambiental será tan importante para nosotros como para el resto del mundo”, añadió.
“Por supuesto, no se nos escapan aditamentos, como una simplificación y reducción del sistema político nacional, con una racionalización del Estado y la Justicia para acceder a niveles de eficacia hoy ausentes”, entendió.
“No son menores, tampoco, las necesidades de promover pymes agrarias, industriales y de servicios y trasladar la sede de la Capital Federal a una ciudad mediana del interior”, dijo.
También señaló Loewy que todo esto se produce en aras de producir una descentralización y desconcentración económica, cultural y demográfica, que es la deformación más estructural que padecemos.
“Quizás un proyecto que formule provincias nuevas podría ser un buen disparador para estos objetivos y muchos más, siempre dentro de una democracia participativa y sin violentar ninguna norma constitucional”, definió.
“Nadie nos va salvar, excepto nosotros mismos”
Para el Ing. Agr. Loewy, abandonar el modelo de las oportunidades es despertar nuestra cantera de potencialidades, algo que la historia ha demostrado en forma temprana.
“La encrucijada cultural del momento actual es optar por resolver el déficit público y la inflación, sólo para acceder al crecimiento, o luchar por una sociedad-mundo, con futuro para nosotros y las generaciones siguientes”, aseguró.
“Frente a la gran bifurcación mundial, y en una sociedad de riesgo, hagamos nuestra parte para recuperar liderazgo regional y salir de lo inexplicable”, sugirió.
“Tenemos todo lo necesario; sólo nos falta compartir nuevas agendas comunes”, dijo.
“Lo que no tenemos es más tiempo para perdurar en una inercia de mezquindades e inequidades, con ansias de poder e impunidad. Nadie nos va salvar, excepto nosotros mismos”, concluyó.