La campaña triguera, cada día que pasa, se encamina a uno de sus peores resultados de la historia. Una muestra son algunas imágenes inéditas que está generando, como la que compartió el ingeniero agrónomo Enrique Martínez, que asesora campos en la zona de Trenque Lauquen, en el noroeste bonaerense.
Martínez grabó un video en el que asegura que están presenciando algo que nunca vio en más de medio siglo de vida: a raíz del pésimo estado del trigo por la sequía y las heladas, decidieron enviar a los novillos a pastorearlos.
Según relató Martínez, el campo donde ocurrió esto está en la localidad de 30 de agosto. “Estamos pastoreando trigo. En mis 54 años, nunca tuve un caso parecido”, arranca el video de Martínez.
Y añade: “Es difícil: una sequía tremenda, más un invierno muy crudo y heladas, y este es el resultado; no quedó otra cosa que pastorearlo”.
En un video que se publicó en Twitter, así se lamentaba el productor Patricio Pascual, que vive en el establecimiento Sauce Alegre y todos los días recorre uno a uno los lotes sembrados de trigo y las parcelas donde está su hacienda Angus que cría su familia hace más de 80 años. La historia se repite en todos aquellos que implantaron el cereal en sus campos: la falta de agua y las heladas tardías liquidaron sus cultivos.
“Fue una cuestión de momento, de bronca e impotencia, donde veía que cada día que pasaba la inversión que había hecho se perdía”, dijo el productor
Según contó, de las 140 hectáreas que sembró con trigo, 60 son “irrecuperables, el resto tienen un estado medio pero, si no llueve en los próximos días, esa pérdida, que ya es del 50%, será total”.
“Si bien las labores las hice con maquinaria propia (que está en $7500 por hectárea), apliqué por hectárea unos 80 kilos de fósforo, unos 150 kilos de urea, el paquete de agroquímicos, más la semilla. Voy a perder el 80% de la inversión que hice. Decidí echar mis vacas a esas 60 hectáreas, para tratar de salvar algo la inversión”, indicó.
Su asesor, el ingeniero agrónomo Enrique Martínez, detalló que en concepto de fertilizantes, semillas, fitosanitarios y labores (siembra, pulverizaciones y fertilización) por hectárea hubo un costo de US$500, unos US$70.000 en total para esas 140 hectáreas sembradas.
Además de sus hectáreas propias, Pascual arrienda la parte de su hermana y otras 250 hectáreas a un vecino. “Recuerdo contingencias climáticas como las inundaciones en el 87, sequías que nos dieron rindes bajos pero con pérdidas totales, nunca. Cuando mi padre vivía tampoco me contó haber vivido situaciones como esta. Era ganadero, pero por temas de rentabilidad nos fuimos volcando hacia la agricultura. Hoy, es la ganadería la que me va a permitir tirar hasta la campaña nueva”, contó.
Relató que el 2021 fue un buen año agrícola: tuvo rindes de 4500 kilos por hectárea en el trigo, unos 8000 kilos en maíz y 3500 kilos en soja. Si bien sabía que este año iba a ser difícil en cuanto a lo climático, nunca pensó que habría un “efecto tan duro”.
“Hicimos barbechos, pero la combinación de sequía y heladas tardías fue fatal. Hasta fines de agosto venía bien. Luego, a pesar de las heladas de septiembre, logramos recuperar los cultivos, pero estas heladas tardías de octubre, terminaron de fulminarlo”, detalló.
En tanto, en ganadería, donde hace ciclo completo, señaló que también tuvo problemas de falta de comida, pero al tener buenas reservas de rollos y de silo de maíz, la hacienda está en buen estado. “Sabemos que trabajar en el campo implica convivir con contingencias climáticas, pero el Gobierno nunca está para proteger a quienes lo necesitan en momentos complicados: los impuestos solo se prorrogan y no se condonan y, no existe un seguro que salvaguarde nuestras producciones”, afirmó el productor.
Su sensación es de “una desesperanza total”. Lo expresó así: “Toda la vida esperando que haya un cambio, que haya políticas para el sector, donde se nos permita tener un margen de rentabilidad real, para así tener proyección. Pero siempre seguimos en la eterna espera”.
OTROS CASOS
Las redes sociales, en este contexto, sirven como un buen termómetro de la preocupación que hay entre los productores por este momento crítico que atraviesa el ciclo de trigo 2022/23.
El asesor Dante Garciandia, de la zona de Carlos Tejedor, también compartió el caso de un productor que decidió “quemar” el trigo y preparar el lote para la siembra gruesa, a sabiendas de que si decidiera cosecharlo se encontraría con rindes muy magros.
En la zona núcleo cordobesa, en tanto, el productor Juan Pablo Alzapiedi también compartió imágenes sobre el daño generado por las heladas.
(Infocampo/La Nación/Diario de Rivera)