Al menos cuatro semanas, en pleno Mundial de Qatar. Nadie puede confirmar a ciencia cierta una fecha, pero una estimación de mínima señala que el juicio contra la vicepresidenta Cristina Kirchner podría concluir a fines de noviembre o principios de diciembre con la lectura de una veredicto que aún no se resolvió si se realizará a sala llena, de manera presencial, con los imputados presentes, o si se realizará por videoconferencia, como buena parte de este proceso que ya lleva tres años.
Este lunes finaliza la etapa de los alegatos, que es el resumen final de las evidencias que tiene el fiscal para pedirle una condena de 12 años de cárcel a la vicepresidenta y la oportunidad de los abogados defensores para rebatir esas pruebas.
El fiscal Diego Luciani pidió que Cristina Kirchner sea condenada a una pena de prisión efectiva de 12 años al acusarla de ser jefa de una asociación ilícita agravada y de administración fraudulenta agravada por su condición de funcionaria pública. Reclamó que como organizadores de la asociación ilícita sean condenados el exministro de Planificación Federal Julio de Vido, a 10 años de prisión; el exsecretario de Obras Públicas José López, a 10 años de cárcel; el extitular de la Dirección Vialidad Nacional Nelson Periotti, a 10 años; y el empresario Lázaro Báez, a la pena de 12 años de prisión.
Además, pidió condenar por fraude a el exsubsecretario de Obras Públicas Abel Fatala, a cuatro años años; a los exresponsables del Distrito N°23 “Santa Cruz” de la DNV Raúl Osvaldo Daruich, a cinco años de prisión, y Mauricio Collareda, a seis años; y a los expresidentes de la Administración General de Vialidad de la Provincia de Santa Cruz Héctor René Jesús Garro, a tres años en suspenso; Juan Carlos Villafañe, a seis años de prisión; Raúl Gilbeto Pavesi, a cinco años de prisión, y José Raúl Santibáñez, a cuatro años.
El último abogado que alegará es Miguel Arce Ageo, defensor de los exfuncionarios de Vialidad Villafañe y Santibáñez. Este lunes concluirá con su tercer día de exposición, donde viene señalando que la fiscalía no expuso evidencias de que se hubiera concretado un desvío de fondos públicos.
Tras la audiencia de este lunes, es probable que los jueces del tribunal oral Jorge Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso se tomen una semana de plazo. El próximo lunes 7 le darían traslado a los fiscales Luciani y Sergio Mola para que respondan a los pedidos de nulidad del alegato de la fiscalía que realizaron algunos defensores y el planteo de excepción por falta de acción al que apuntaron otros letrados, al entender que no hay ningún delito en los elementos que se exhibieron en el proceso.
Réplicas, dúplicas y últimas palabras
Los fiscales pueden ocupar algunas audiencias en esta tarea pero además pueden solicitar realizar réplicas a los alegatos de los abogados defensores. Las réplicas no son generales, sino que deben ser puntuales y sobre asuntos que hubieran sido abordados en el alegato. Es decir que las réplicas deben referirse a algo novedoso que no se hubiera incluido hasta ese momento.
Hay que recordar que los imputados son 13 y que la fiscalía utilizó nueve audiencias para enumerar las pruebas contra cada uno de ellos, con lo que las réplicas podrían extenderse por más de una audiencia. La Fiscalía aún no resolvió si es que efectivamente va a solicitar realizar estas réplicas. Pero es probable que tenga una semana para prepararlas.
Si hay réplicas, hay dúplicas. Es decir, que desde el punto de la vista de la estrategia, los defensores van a querer quedarse con la última palabra y solicitarán rebatir los argumentos de las réplicas de los fiscales. Si hay replicas para todos, habrá dúplicas para todos y el juicio podría extenderse varias audiencias más.
Cuando se complete este intercambio, el juicio oral y público entrará en su etapa final, que consiste en que los imputados digan las últimas palabras ante los jueces que los juzgan. El Código Procesal dice que “de inmediato” el tribunal pasará a deliberar para dictar un veredicto.
Las últimas palabras son voluntarias y los acusados pueden elegir utilizar esta oportunidad para dejar una última impresión ante los jueces antes de que fallen. Cristina Kirchner pidió hablar ante el tribunal al día siguiente del alegato del fiscal Luciani, pero los jueces entendieron que no era la oportunidad procesal. La vicepresidenta envió entonces un mensaje por YouTube desde su despacho del Senado.
Semanas más tarde, cuando alegó su abogado Carlos Beraldi, Cristina Kirchner pidió actuar como abogada en causa propia y habló ella misma en su alegato. Ahora podría aprovechar esta última chance de hacerse oír en el juicio.
Por lo general, en los juicios orales las últimas palabras no son técnicas ni pretenden rechazar evidencias, como los alegatos, sino que son emotivas y apuntan a humanizar al imputado ante los jueces que deben resolver sobre su futuro y su libertad. No sería el caso de la vicepresidenta, que cada vez que tuvo oportunidad de hablar ante un tribunal fue para denostar a los jueces y al proceso.
El tribunal, tras las dúplicas, podría entonces armar una agenda de últimas palabras, que puede llevar varias audiencias, dependiendo de cuántos de los 13 imputados quieran hablar. Eso sí, de inmediato los jueces pasarán a deliberar para dictar un fallo. La deliberación es “en sesión secreta” y sólo pude estar presente el secretario del tribunal y los jueces, bajo pena de nulidad.
El veredicto
Es usual en juicios más cortos que las últimas palabras sean por la mañana y después del mediodía se lea el veredicto. En juicios más complejos, el veredicto se lee entrada la tarde o la noche.
El Código prevé que en la deliberación secreta los jueces resuelvan primero los incidentes que difirieron para el final (por ejemplo, las nulidades). Luego llega la discusión sobre si existió el delito y, de haber existido, se determina si cada imputado tuvo responsabilidad, la calificación legal de la conducta de cada imputado, la pena o la libertad, la reparación económica y las costas del proceso.
Los jueces emitirán su voto sobre cada una de esas cuestiones de manera conjunta o se sorteará un orden. El tribunal dictará sentencia por mayoría de votos, valorando las pruebas recibidas y los actos del debate “conforme a las reglas de la sana crítica” y mencionando los desacuerdos que se den entre los magistrados. Cuando en la votación se emitan más de dos opiniones sobre las penas que correspondan, se aplica el término medio, dice el Código.
Obviamente, que el fallo no se conocerá hasta el final y los jueces se mantienen herméticos. Los funcionarios del tribunal ya están trabajando, chequeando contra los documentos del expediente cada detalle de los alegatos para determinar si lo que dijeron los abogados y fiscales se corrobora con la causa.
Asociación ilícita o fraude
Hay dos delitos por los que se acusa a la vicepresidenta: asociación ilícita y fraude. En la política se especula con que podría ser condenada por fraude y absuelta por asociación ilícita.
En los tribunales no se comparte esa apreciación. Por el contrario, las especulaciones de los abogados que circulan por Comodoro Py2002 y los funcionarios judiciales de otros tribunales se acercan más a una condena por ambos delitos.
“Si esto no es una asociación ilícita, que la saquen del Código”, exageró un funcionario de la justicia federal. Otros, en cambio, señalan que no hay manera de unir los actos de Cristina Kirchner como presidenta con las irregulares en la obra pública de Lázaro Báez. Pero son todas especulaciones de pasillo, nadie tiene información. El último días, tras las palabras finales, se conocerá la parte resolutiva del fallo: es decir, si hay condenas o no y si se admiten o rechazan las nulidades. Los fundamentos, es decir las razones de este veredicto, se conocerán recién el año que viene entrado marzo, ya que los jueces tienen un plazo de 40 días corridos para redactarlas.
Con las últimas palabras en cuotas, en varias audiencias, el veredicto de este juicio oral y público, que comenzó el 21 de mayo de 2019, puede que se conozca a fines de noviembre o, a lo sumo, principios de diciembre, antes de que finalice el mundial, pero cuando ya quedará claro si la Argentina tendrá chances de llegar al final. (La nación)