De acuerdo a los resultados arrojados por una investigación de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Rosario (UNR), el vínculo entre agua, agroquímicos y cáncer confirma las peores sospechas. Las personas jóvenes de los pueblos fumigados con agrotóxicos, señala el estudio, tienen 2,5 veces más probabilidad de padecer y morir de cáncer que las personas que viven lejos de los agroquímicos.
El trabajo de la UNR se realizó a lo largo de siete años y está basado en estudios epidemiológicos de ocho localidades de Santa Fe (involucró a 27.000 personas). Las ciudades estudiadas fueron Acebal, Arteaga, Chabás, Luis Palacios, San Genaro, Sastre, Timbúes y Villa Eloísa. Todas tienen la característica de ser pueblos dedicados al agronegocio, con predominio de cultivos transgénicos y uso de agroquímicos.
Las Madres de Ituzaingó (Córdoba), el colectivo Paren de Fumigar (Santa Fe), la Coordinadora Basta es Basta (Entre Ríos), el Encuentro de Pueblos Fumigados (Buenos Aires) y la Red de Salud Popular Ramón Carrillo (Chaco), son solo algunas de las organizaciones y espacios de articulación que desde hace más de dos décadas denuncian el impacto en la salud del modelo de agro transgénico. “Con tres décadas de este modelo agroindustrial, ya nadie puede negar que la evidencia científica confirma que el agronegocio daña la salud, genera enfermedad y muerte”, dice Damián Verzeñassi, del Instituto de Salud Socioambiental de la Facultad de Ciencias Médicas y uno de los autores de la investigación.
“El estudio evidencia que en la población joven (entre 15 a 44 años) la probabilidad de morir por cáncer es 2,48 (mujeres) y 2,77 (hombres) veces mayor en estas localidades en comparación con el resto del país”, dicen los autores. Asimismo, alertan que el porcentaje de fallecimientos por cáncer (tomando la referencia internacional de cien fallecimiento por cada 100.000 habitantes) en estas ocho localidades fue del 30%, mientras que a nivel nacional la cifra es mucho menor (19,8%). “Se demostró que la incidencia de cáncer en la población de las ocho localidades fue significativamente mayor en comparación a la población general”, remarcaron.
En la investigación del equipo rosarino se precisó que, en promedio, el 27% de los pesticidas utilizados en los países de altos ingresos (como Estados Unidos) están en la categoría “altamente peligrosos”, mientras que el porcentaje aumenta a 45 en los países de ingresos bajos y medios (como Argentina). “En nuestro país las cantidades por hectárea son muy superiores a las utilizadas en Europa o Estados Unidos”, señala la investigación, que cita decenas de trabajos científicos que dan cuenta de la presencia de agrotóxicos en ríos, napas de agua, suelos urbanos, alimentos e incluso en agua de lluvia. (Hoy)