La Usina del Arte de Rivera presenta una doble jornada de teatro. Será este sábado a partir de las 21 horas en sus instalaciones y la entrada un costo de 500 pesos.
Se trata de la obra Ubu Rey, de Alfred Jarry, que cuenta con la dirección de Pablo Carlassare. y la actuación de Sebastian Resler, Francisco Felsinger, Rodolfo Paz Páez y Ludmila Hirsch.
Con esta obra el teatro experimentó cambios definitivos, rompiendo así con una fuerte tradición al renovar tanto la escritura dramática como los conceptos de puesta en escena, desde la iluminación, vestuarios, utilización de máscaras, gestualidad actoral, etc. Esto convirtió al frances Alfred Jarry en uno de los precursores más importantes del surrealismo, del dadaísmo y del teatro del absurdo.
Los actores riverenses la presentaron en la Etapa Distrital de los Juegos Bonaerenses, siendo los ganadores en el rubro y pasando a la etapa Regional con la misma.
Cuenta con la adaptación,dirección, musicalización, luces, utilitarios y escenografía de Pablo Carlassare. El diseño de títeres y donación de Mariela Midolini. El Diseño de vestuario es de Maria Jose Machado y la finalización de diseño, realización y confección de Marina Imperatori y Graciela Lezcano. Además con la colaboracion de Carla Copes, Diana Fioramonti, Mary Salinas y Lucia Bomtrok.
Posteriormente se presentará la obra «Lombrices» de Pablo Albarello, bajo la dirección de Pablo Carlassare y la actuación de Liliana Wischñevsky y Dora Sarcou.
Dos ancianas en estado de decrepitud comparten sus últimos momentos entre relatos de insólitas historias y las más disparatadas visiones del mundo. Mientras el edificio en el que se encuentran arde en llamas, ellas despliegan la relación sádica que las une y sus juegos más macabros con los que se divierten coqueteando con la muerte.
Caminando en este filo, entre la vida y la muerte, entre el humor mas disparatado y la tragedia, el autor bucea en las profundidades de lo humano para hacernos reír de nosotros mismos; para hacernos pensar que los comentarios de estas queribles ancianas quizás no sean tan disparatados, y que la decrepitud no les pertenece sólo a ellas, sino también al mundo en estado de decadencia.
La obra nos propone a Martirio y Consuelo como metáfora de un decrépito y disparatado mundo, sus sádicas relaciones y macabros juegos.
Lombrices es una obra premiada por el Concurso de Teatro de Humor organizado por el Instituto Nacional del Teatro y Argentores.