Finalizaron las tareas de rescate del cuerpo del guía de montaña Ignacio Lucero (50), quien fue encontrado sin vida en la Cordillera de los Andes junto al intendente de la localidad pampeana de San Martín, Raúl Espir, y el escribano, Sergio Bernardo.
Las tareas estuvieron a cargo del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE) de Carabineros de Chile. Además, se conoció el último mensaje emitido por Lucero mientras intentaba ascender al volcán Marmolejo.
Tras una búsqueda intensiva —que comenzó el 29 de noviembre—, los cuerpos fueron localizados. La confirmación del trágico desenlace se dio después de que el último registro de GPS indicara su posición y de la observación aérea de un campamento a más de 4.000 metros de altura.
La pareja de Lucero, María Fernanda Martínez Thierry, reveló un texto enviado por él momentos antes de su muerte: «Estoy emprendiendo mi viaje». Este habría sido su último contacto, interpretado por ella como una despedida.
Los tres argentinos habían planeado su ascenso durante meses junto a dos chilenos, quienes finalmente decidieron no continuar. La posible causa de muerte se atribuye a una violenta ráfaga de viento frío.
Vale aclarar que el guía mendocino tenía experiencia en excursiones de alta montaña, con 45 ascensos al Aconcagua. Un dato: nunca había escalado el Marmolejo.
La expedición partió del complejo Los Penitentes, con un recorrido que incluye pasar por un glaciar de tres kilómetros (1.86 millas) con grietas. Expertos recordaron que la zona se caracteriza por sus potentes tormentas y vientos de más de 80 km/h (50 mph).
La mujer de Lucero, acompañada por familiares y amigos, aguarda la recuperación de los cuerpos y anhela que su pareja descanse en el cementerio del Aconcagua, honrando su amada profesión.
Los esfuerzos de búsqueda concluyeron con el hallazgo de los cuerpos, localizados a unos 50 metros de distancia entre sí en el camino de descenso del Cerro Marmolejo. Aunque no se conocía el estado de salud en el momento del rescate, las esperanzas de que los montañistas estuviesen con vida eran escasas.
La pasión por el montañismo llevó a estas personas a enfrentar desafíos extremos, como evidencia el historial de uno de los fallecidos, quien superó un infarto y un ACV en la cima del monte Manaslu en Nepal. Su determinación le permitió seguir escalando y, con la ayuda de su perro Oro, certificado como «mascota de asistencia», escaló en varias ocasiones el Aconcagua, entre otros picos significativos.
Las tragedias en el montañismo, pese a los riesgos conocidos, siguen provocando conmoción en la comunidad y reiteran el respeto que estas alturas imponen.
Este evento reciente conmovió no solo a las familias y seres queridos de los andinistas, sino también a los escaladores en Argentina y Chile, reforzando la necesidad de continua precaución y preparación en este tipo de expediciones. (Infobae)