El pueblo pampeano de General San Martín, ubicado a 141 kilómetros de Rivera, está paralizado desde que se confirmó lo que empezó como la sospecha de una tragedia. El pueblo de los cinco templos: cristianos, judíos, adventistas, evangélicos y ortodoxos conviven en un ejemplo ecuménico.
Hace tres días se confirmó que Espir y Berardo murieron en la Cordillera, en el desafío al cerro Marmolejo, la montaña más alta al sur del continente. Por los siete días de duelo, hubo actividades como la actuación de un grupo vocal que fue suspendida.
La viceintendenta de General San Martín, Jésica Sibert (Foto: Marcelo Carroll)
La viceintendenta Jesica Sibert sigue paso a paso los trámites que se cumplen en Chile para repatriar los cuerpos de los vecinos sanmartinenses. Su esposa acompaña a Juan, el hijo mayor del intendente fallecido. Primero siguieron la búsqueda y el rescate desde Baños de Morales y ahora desde el área metropolitana de Santiago de Chile.
«Hay que terminar con toda la burocracia de Chile para repatriar los cuerpos. Pero no tenemos certezas ni fecha de cuando podrá ser», dijo Sibert a El Diario. Pero a pesar del dolor, tuvieron que seguir con las rutinas administrativas, a las puertas de un cambio de gestión que requiere ahora de trámites excepcionales.
La sesión preparatoria se hizo este jueves y el domingo está prevista la ceremonia de jura de las nuevas autoridades electas y de los concejales.
Dos familias de General San Martín fueron impactadas por la tragedia de la Cordillera. Pero todo el pueblo, unos 2.500 habitantes, sufre por la muerte de Espir y Berardo.
Raúl Espir era el farmacéutico del pueblo. Estudió en la Universidad de San Luis. Primero trabajó en la farmacia Onofri de General Acha y en 1993 llegó a General San Martín. Fue profesor en el colegio secundario. Después se recibió de óptico contactólogo en la Universidad de La Plata. Fue presidente de la Cooperativa de San Martín. Militante de la UCR, primero fue concejal y después fue electo intendente en 2019. La reelección, con casi el 60% de los votos, fue un reconocimiento a su gestión.
Su esposa Susana Menéndez recibió decenas de saludos en las redes. Sus hijos, Juan, Candelaria, Agostina, Julián y Patricio también fueron objeto de ese cariño que se ganó Espir por su actividad privada y por su gestión pública.
Desde todo el espectro político hubo una expresión de condolencias. El gobernador Sergio Ziliotto expresó: «sus profundas convicciones y su compromiso al servicio de su comunidad serán siempre recordados».
La senadora nacional Victoria Huala expresó sus condolencias a las tres familias de los andinistas. Los dirigentes radicales Hipólito Altolaguirre, Martín Berhongaray y Daniel Kroneberger recordaron la figura política y humana de Espir y de Berardo. También el ministro Ariel Rauschemberger, oriundo de la zona.
La secretaria de Turismo Adriana Romero saludó a la familia. «Fanático de su pueblo», lo describió. Comentó la felicidad de Raúl Espir al lograr que la Fiesta de la Sal haya sido reconocida con el estatus de Fiesta Nacional.
La vicepresidenta electa Victoria Villarruel, quien pidió ayuda al presidente de C hile Gabriel Boric en la búsqueda de los andinistas, también expresó las condolencias a las familias de los pampeanos y a la del andinista mendocino Ignacio Lucero.
Pero las expresiones más sentidas se expresaron en el pago chico.
El equipo de fútbol femenino del Club Sportivo y Cultural agradeció en las redes a Espir. Agradecieron el raspaldo y el apoyo a la disciplina: pusieron una foto cuando les entrega camisetas y pelotas.
La Unidad Básica de Guatraché expresó su reconocimiento a Espir y condolencias a las familias. También la Municipalidad de Colonia Santa Teresa, en nombre de su comunidad, manifestó el dolor por las pérdidas de los andinistas pampeanos.
La tragedia de Raúl Espir y Sergio Berardo atravesó las fronteras de General San Martín, el pueblo que sufre la amarga espera del regreso de los cuerpos.
(Diario de La Pampa)