“No hay plata, y son el sector que tiene el menor porcentaje de pobreza”, justifica el presidente Javier Milei el ajuste a los jubilados. Es verdad que los pobres en su mayoría son niños, aunque algunos de ellos también se mantienen por ayuda de sus abuelos. A pesar del bono que Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, le aumentarán de $55.000 a $70.000 de febrero a marzo, los que ganan el haber mínimo habrán perdido entre noviembre y el mes próximo, es decir, en los primeros cuatro meses del nuevo gobierno, el 23,9% del poder de compra, según un cálculo elaborador por el economista Carlos Martínez, que investiga cuestiones de la seguridad social en la Universidad de General Sarmiento.
Este retroceso de un cuarto de la capacidad adquisitiva obedece a tres razones:
- La fórmula jubilatoria que aplicó el gobierno de Alberto Fernández eleva las pensiones según la evolución salarial y de la recaudación tributaria del trimestre anterior (en este caso, de octubre a diciembre, con lo que las alzas de precios del 20% en enero, del 16,5% previsto por los economistas que más aciertan en el relevamiento del Banco Central para febrero y el 13,3% proyectado para marzo no se tienen en cuenta ahora sino en el aumento de junio).
- La elevada inflación del primer bimestre de 2024, que en parte es responsabilidad de los precios reprimidos por la anterior gestión, pero por otra obedece al método de shock para liberalizarlos de una vez y no en forma gradual, sin tener en cuenta su impacto social y en términos de caída de la actividad económica.
- En noviembre, antes del comienzo del nuevo gobierno, las jubilaciones mínimas recibían $37.000 de bono más una ayuda de $15.000 del Programa de Asistencia Médica Integral (PAMI), es decir, $52.000. Es decir, que en marzo recibirán $18.000 más que entonces, un 35% arriba. Pero sucede que para entonces la inflación de diciembre a marzo habrá subido 75%. Por tanto, el adicional se habrá licuado a la mitad en términos de poder de compra.
Los que perciben jubilaciones medias y altas, que suponen alrededor de un tercio del total, nunca recibieron bonos, ni con este gobierno ni con el anterior. Ellos habrán perdido en marzo el 23% del haber real (ajustado por inflación) que tenían en noviembre, según Martínez, de la Universidad de General Sarmiento.
Milei quería originalmente que la ley ómnibus Bases para la Libertad le permitiera anular la fórmula de movilidad jubilatoria y que él fijara los incrementos a discreción. Después, en la negociación con la oposición moderada, admitió la opción de mantener ese índice de actualización hasta marzo y de crear uno nuevo de subas mensuales a partir de abril según la inflación de dos meses antes, es decir, febrero. Pero algunos de los opositores dialoguistas advirtieron que eso llevaría a que los jubilados se comieran el aumento del 20% del índice de precios al consumidor (IPC) de enero y ya no pudieran recuperarse de ese perjuicio. Finalmente, al desecharse el proyecto de ley, las alzas del IPC de enero, febrero y marzo recién se compensarán con el aumento de haberes de junio.
¿Qué pasará en abril y mayo, mientras se espera la compensación de mitad de año? Comprarán menos bienes y servicios. Si Milei y Caputo sostienen la misma política de los primeros tres meses de gestión y mantienen el bono congelado en $70.000 (fue de $55.000 de diciembre a febrero, pese a la inflación), entonces los que cobran la mínima habrán perdido en abril el 34,1% de su poder adquisitivo de noviembre y el 40,1% en mayo, según Martínez.
Estos cálculos se basan en los IPC esperados por los economistas relevados por el Central, que anticipan un 11,4% en abril y un 10% en mayo. Las jubilaciones medias y altas, sin bono, habrán perdido 30,9% de su haber real en abril respecto a cinco meses antes y 37,2% en mayo. Es decir, todos podrán gastar alrededor de un tercio menos que en el gobierno anterior en abril y estarán peor en mayo, para cuando el gobierno de Milei cumpla medio año. Habrá que ver si el presidente y su ministro de Economía promueven alguna otra nueva ley previsional o seguirán licuando a los adultos mayores con el argumento de que “no hay plata”. Pero hasta la subdirectora gerenta del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath, pese a la tradición de recetas de ajuste del organismo, se mostró más sensibles que ellos y les reclamó en un comunicado público que mantuvieran el valor real de las jubilaciones.
(El Diario AR)