La calificadora de riesgo Standard & Poor’s (S&P) rebajó la calificación crediticia soberana argentina a «default selectivo», luego del mega canje de deuda en pesos, equivalente a unos U$S55.300 millones, impulsado por el gobierno de Javier Milei y, específicamente, por el ministro de Economía, Luis Caputo.
“Rebajamos nuestras calificaciones en moneda local de Argentina a SD (selective default) tras el anuncio de un canje de deuda denominada en pesos que consideramos distressed y no oportunista. Consideramos que el canje es problemático debido al escaso acceso del gobierno al mercado y a nuestra previsión de que, en ausencia de participación, es probable que se produzca un impago convencional”, expresó la firma en un comunicado.
Lo de «ausencia de participación» no es menor, ya que el informe hace énfasis en la escaza presencia de acreedores por fuera del espectro público en la operación, considerando que del 77% de adhesión por los $42,6 billones en títulos que vencían este 2024, el sector privado solo aportó el 17,5%.
Aunque, desde el organismo, aseguraron que «una vez finalizado el canje de deuda en moneda local y la emisión de nuevos títulos, consideraríamos que el incumplimiento en moneda local está «curado» y probablemente aumentaríamos nuestra calificación en moneda local a largo plazo a la categoría ‘CCC’«, que, en su concepto, se trata de aquellos emisores actualmente vulnerables y que depende de condiciones favorables, del negocio, financieras y económicas para cumplir con sus compromisos financieros.
¿Qué significa el Default Selectivo atribuido por S&P?
Según indica su definición, un emisor recibe la calificación de ‘SD’ si S&P Global Ratings cuando se «considera que existe incumplimiento de una o más de sus obligaciones financieras, ya sea de largo o de corto plazo, incluyendo las calificadas y no calificadas, pero excluyendo los instrumentos híbridos clasificados como capital regulatorio o en impago de acuerdo con los términos».
A su vez, se atribuye la misma cuando «se considera que se trata de un incumplimiento en relación con una emisión específica o clase de obligaciones pero que el emisor continuará honrando otras emisiones o clases de obligaciones dentro de los plazos establecidos».
Calificación para la deuda en dólares: sin cambios pero con dos escenarios posibles
Por su parte, la calificadora S&P mantuvo sin cambios su calificación para la deuda en dólares del país. Sin embargo, sostuvo que el panorama es negativo a largo plazo. Dicha perspectiva de la calificación en moneda extranjera refleja, según especificó el escrito, «incertidumbres políticas y los riesgos que plantean los grandes y persistentes desequilibrios económicos».
«Los desacuerdos entre la administración recién electa del presidente Javier Milei, el Congreso y los gobernadores provinciales han limitado hasta ahora la capacidad del gobierno para implementar su ambiciosa agenda de reformas económicas para estabilizar la economía. Los mercados de capital globales siguen cerrados para Argentina, lo que lleva al gobierno a depender del mercado local, utilizando swaps para gestionar grandes vencimientos, así como subastas de deuda tradicionales», argumentó.
Según aclaró la entidad, esto podría llevar, durante el 2024, a una rebaja en la calificación crediticia en moneda extranjera, aunque para esto dependerá «si acontecimientos políticos adversos retrasen la política económica y debiliten aún más el ya limitado acceso del soberano al financiamiento».
«La pérdida de acceso al financiamiento multilateral, especialmente bajo el Servicio Ampliado de Fondo del FMI, limitaría severamente la capacidad del soberano para cumplir con su modesto servicio de deuda comercial en moneda extranjera«, aseveró el texto.
Aunque también planteó un escenario en que, de finalizar el canje de deuda, si éste es exitoso, podría aumentar dicha calificación. Esto dependerá, a su vez, de «una ejecución exitosa de políticas económicas que continúen abordando los principales desequilibrios macroeconómicos estructurales de Argentina, sentando las bases para mejores resultados fiscales, contención de la alta inflación y una recuperación económica sostenible«.
«En tal escenario, el gobierno disfrutaría de un mejor acceso a la financiación voluntaria del mercado», concluyó.
(Perfil)