Nació en Coronel Suárez, es Trombonista de La Renga, Las Pastillas del Abuelo, Tapones de Punta y Kaiser Carabela, entre otras, él es Leandro Loos, más conocido como “El Losi”.
Arrancó con un trombón a pistones todo oxidado allá por la década del ’90 y a los 15 días ya estaba tocando con la banda municipal. Un manija de la música que además compartió shows con Dacing Mood y en La Descarga
“Yo siempre les digo a los pibes que no van a encontrar un trombón en sus casas, pero es un instrumento lindísimo y muy versátil”, aclara en una de sus visitas a Bahía Blanca.
Empecé a darme cuenta que las bandas que yo escuchaba y me gustaban era Los Cadillacs, Decadentes, Mano Negra… Y un montón de esas bandas tenían trombón».
—Contame un poco para quien no te conoce, ¿qué hacés, a qué te dedicas y cuáles son las bandas con las que estás tocando?
—Soy trombonista de la Renga, de Las Pastillas del Abuelo, Tapones de Punta, Kaiser y muchas bandas más. Tengo un largo trayecto en la vida musical, donde he tocado con muchas bandas y bueno, ahora estoy acá en la zona bahiense.
—¿Dónde naciste y cómo llegaste al trombón?
—Nací en Coronel Suárez. Mis primeros años de música fueron en la banda municipal, la Bartolomé Meier, fundada por un pariente lejano, pero pariente al fin. O sea, fui sin saber qué quería tocar porque tenía 12 años. En ese momento no conocía más que un saxo y una trompeta de nombre.
“El profesor Diego Lurbe, que siempre lo admiré mucho, me dijo bueno, yo tengo el instrumento para vos y me dio un trombón a pistones todo roto, oxidado, doblado y abollado. Pero bueno, lo agarré y al toque le saqué sonido. A los 15 días estaba ya tocando en la banda municipal, desfilando.
—¿Qué sensación recordás de las primeras veces con el trombón?
—Era un trombón con pistones, como si fuera una trompeta grande. Lo soplé, salió sonido y automáticamente dije: esto es lo que quiero hacer y me puse a tocar todo el día, todo de oído. Saqué canciones de la radio, todo lo que se me pasaba por la cabeza. En una semana estaba tocando un montón de melodías sin saber. Auditivamente había encontrado todas las posiciones que necesitaba.
—Es increíble. Había algo ahí.
–Sí, sí, sí, claramente estaba destinado al trombón (risas).
—¿Luego seguiste estudiando?
—Claro, en la banda empecé a leer todas las figuras, ritmos, todo lo que necesitaba la música… Y los silencios también, que es lo más importante.
—Hoy sos muy conocido por tocar rock, sin embargo, tu instrumento tiene un abanico de estilos muy amplio.
—Empecé a darme cuenta que las bandas que yo escuchaba y me gustaban era Los Cadillacs, Decadentes, Mano Negra… Y un montón de esas bandas tenían trombón. Los solos de Fernando, de mi gran amigo Fernando Álvarez… Yo no sabía cómo llegar a ese estilo pero la oreja me ayudó y me llevó a tocar todos esos grandes temas de los Fabulosos y otros de esa época. Hablamos de 1992 o 1993.
—¿Estás hablando del disco “Vasos Vacíos”, por ejemplo?.
— Sí, sí. También “El León». Y después fue “Fabulosos Calavera” que fue más a fines de los `90. Me acuerdo de haberlo visto cuando se presentó ese disco en Obras, en el `98.
Es un instrumento cálido, lindo y agradable para tocarlo y no es tan difícil, hay que dedicarle unas horas nada más».
—En la Fiesta del Camarón y Langostino tocaste cumbia con Marco 3 y dejaste tu huella. Impresionante el sonido del trombón.
—El sonido del instrumento se va haciendo día a día, yo siempre digo y le digo a mis colegas o a los alumnos que nunca terminás de aprender, siempre estás estudiando algo nuevo, porque día a día que te levantás, agarrás el instrumento y decís ¿Cómo tiene que sonar esta nota? Ayer no sonaba así y mañana va a sonar diferente. Uno puede encontrar un sonido que sea más brilloso o más opaco, pero depende del estilo que vaya a tocar y del sonido que vas a emitir.
“Entonces, cada estilo te va a dar una emisión distinta y una adrenalina distinta para soplar el instrumento. Depende cómo lo soples, cómo suena.
—Por último ¿Qué consejo le daría a quienes están arrancando?
—El instrumento es lindísimo, muy versátil, se puede tocar muchísimos estilos, desde cumbia, rock, jazz, reggae, salsa, fusión, lo que se te ocurra… Es un instrumento cálido, lindo y agradable para tocarlo y no es tan difícil, hay que dedicarle unas horas nada más.
(Por Franco Pignol / La Nueva)