Apuntó también que ese frente político debe estar integrado no sólo por la dirigencia sino también por los jubilados, los sindicatos, los estudiantes, los trabajadores, las pymes y los pequeños productores. Y entonces lanzó: «Tenemos que construir un inmenso frente junto a todos los sectores que están en lucha. Como Gobernador tengo la obligación de ponerme al hombro la construcción de un espacio que represente una alternativa para el futuro». Y se comprometió a recorrer con ese armado plaza por plaza y barrio por barrio de toda la provincia.

La «mateada» ofició de cierre político de un año complicado para Kicillof por la ruptura en su relación con la expresidenta Crstina Fernández de Kirchner y con La Cámpora. Esas tensiones recrudecieron hace apenas horas, en la Legislatura, donde el gobernador no logró llegar a un acuerdo con los intendentes de su propio espacio ni con la oposición para tratar el Presupuesto 2025 y la Ley Fiscal impositiva, herramientas claves para su gestión.

Acompañaron al gobernador en el acto el intendente anfitrión, Julio Alak, y sus pares de Berisso, Fabián Cagliardi, y Ensenada, Mario Secco. También estuvieron el ministro de Gobierno, Carlos Bianco, el organizador de las «mateadas»; el ministro de Trabajo Walter Correa; el de Desarrollo Social Andrés Larroque; la jefa de Asesores, Cristina Álvarez Rodríguez, la ministra de Mujeres, Estela Díaz; el titular de ARBA, Cristian Girard, y la secretaria general de la Gobernación, Agustina Vila.

Se sumaron también los diputados nacionales Victoria Tolosa Paz y Daniel Gollán, el secretario general de la CTA provincia y líder del SUTEBA, Roberto Baradel, y la secretaria general de UPCN Provincia, Fabiola Mosquera.