Durante las altas temperaturas que caracterizan a las olas de calor, es común recurrir al aire acondicionado para mantener el hogar fresco y cómodo. Sin embargo, los especialistas advierten que este electrodoméstico no debería permanecer enchufado todo el tiempo, ya que su uso constante puede tener consecuencias tanto en el consumo energético como en la salud.
El aire acondicionado es uno de los dispositivos que más energía consume, lo que se traduce en facturas de electricidad más altas.
Además, su funcionamiento prolongado puede aumentar considerablemente la carga en la red eléctrica, contribuyendo a los cortes de luz y a una mayor demanda en los sistemas de distribución.
El aire acondicionado es uno de los dispositivos que más energía consume, lo que se traduce en facturas de electricidad más altas.
Además, su funcionamiento prolongado puede aumentar considerablemente la carga en la red eléctrica, contribuyendo a los cortes de luz y a una mayor demanda en los sistemas de distribución.
La temperatura recomendada para el uso del aire acondicionado, tanto para el confort como para la eficiencia energética, es generalmente de 24 a 26 grados.
Esta franja es suficiente para mantener un ambiente fresco y cómodo sin sobrecargar el sistema de refrigeración ni generar un gasto excesivo de energía.
Puntos a tener en cuenta sobre el uso del aire
-Eficiencia energética: Ajustar el termostato dentro de ese rango de 24 a 26 grados puede ayudar a optimizar el consumo de energía, ya que mantener el aire acondicionado a temperaturas muy bajas (por ejemplo, 18-20°C) aumenta el consumo eléctrico de manera considerable.
-Confort térmico: Una temperatura de 24-26°C es generalmente cómoda para la mayoría de las personas, ya que no genera un choque térmico cuando se pasa del calor exterior al ambiente interior.
-Salud y bienestar: Evitar temperaturas demasiado frías (por debajo de 20°C) es clave para evitar resfriados o problemas respiratorios, ya que los cambios bruscos de temperatura entre el interior y el exterior del hogar pueden ser perjudiciales para el cuerpo.
(La Nueva)