A pesar del crecimiento en la producción de leche del 11% en el primer cuatrimestre de 2025, el cierre de más de 1.000 tambos desde la asunción del presidente Javier Milei genera preocupación en el sector agropecuario, que enfrenta un proceso acelerado de concentración y retracción estructural.
Según datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), en mayo de 2025 se contabilizaron 9.039 tambos activos, frente a los 10.063 existentes a fines de 2023, lo que implica una caída del 10,2%. Este registro representa el nivel más bajo desde 2002, cuando había aproximadamente 15.000 establecimientos.
Entre los 1.036 tambos que cerraron, unos 500 cesaron su actividad en el último año, y 80 lo hicieron solo en mayo. El 91% de los tambos, y casi el 96% de las vacas en producción, se ubican en las cuatro cuencas principales: Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires y Entre Ríos.
En el caso particular de la provincia de Buenos Aires, actualmente existen 1.805 tambos, lo que implica una reducción de 25 unidades desde principios de año, con una baja del 6% en la cantidad de vacas.
Entre las causas del fenómeno, los especialistas destacan varios factores. Por un lado, la sequía prolongada que atravesó el país en 2023 redujo la producción y achicó la rentabilidad, forzando el retiro de muchos productores. Por otro, la falta de continuidad generacional cobra peso: la actividad lechera es vista como sacrificada y poco rentable por las nuevas generaciones, que optan por rubros con mayor proyección y menor exigencia física.
Durante el lanzamiento del Seminario Internacional de Lechería, el director nacional de Lechería, Sebastián Alconada, habló sobre los desafíos del sector: “El productor es quien debe tomar las decisiones. No va a estar el papá Estado para decirle dónde invertir. Hay negocio en la lechería”, afirmó. También apuntó a la necesidad de incrementar la cantidad de industrias exportadoras.
Consultado por la situación del cierre de tambos, Alconada reconoció que la Argentina “tenía una de las tasas más bajas de cierre a nivel global”, pero advirtió que “eso era en un mundo medio imaginario”, y que ahora el foco debe estar en mejorar la eficiencia en todos los eslabones de la cadena.
Por su parte, Alfredo Trionfini, coordinador de lechería de la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (CARSFE), se mostró escéptico y enfatizó que los problemas estructurales del sector siguen siendo la informalidad, la comercialización y la sanidad. (Diario de Rivera)