Tras la muerte de Beatriz Sarlo, en diciembre pasado, se presentó ante la Justicia el encargado del edificio en el que residía la reconocida escritora e intelectual, como un presunto heredero del departamento ubicado en el barrio porteño de Caballito.
Se trata de Melanio Alberto Meza López, quien acercó un testamento escrito de puño y letra, en el que le habría legado el departamento y encomendado el cuidado de la gata Nini, mascota que pertenecía a su última pareja, el cineasta Rafael Filippelli.
El caso fue judicializado y los documentos presentados serán sometidos a una pericia caligráfica para determinar su autenticidad. La causa tramita en el Juzgado Civil 91, bajo la dirección del juez Carlos Hugo Goggi.
Luego se dio a conocer que se trata de dos textos manuscritos, redactados en una misma hoja, y cuya fecha se remonta al 9 de junio del 2024. «Yo, Beatriz Sarlo, quiero dejar certificada mi voluntad de que, en caso de mi desaparición u otro accidente, mi gata Nini deberá quedar a cargo de Alberto Meza. Certifico con mi firma», consignaron en La Nación.
Por otro lado, el segundo manuscrito es del 2 de agosto, en el que se leyó: «Alberto Meza quedás a cargo de mi departamento después de mi muerte y también quedás a cargo de mi gata Nini, que te aprecia tanto como te aprecio y valoro yo. Beatriz Sarlo. Hay una firma», añadió la presentación que fue difundida en medios nacionales.
A su vez, el abogado Carlos Félix Somaglia, representante legal de Meza López, argumentó que Sarlo no tuvo descendientes y se encontraba divorciada.
Este giro interrumpiría la intención de uno de los exmaridos de la escritora, Alberto Sato Kotani, de crear un fideicomiso cultural con los fondos provenientes de la venta de las propiedades de la escritora, con el fin de destinar ese dinero a financiar una fundación. A pesar de los seis meses desde su fallecimiento, por el momento no hubo novedades sobre esta iniciativa conjunta. (El Canciller)